En la vida todo pasa, y el tiempo comienza a hacer estragos en cada una de nosotras: las cosas cambian, el tiempo pasa demasiado rápido, los dolores llegan a partes de tu cuerpo que no tenías idea que existían, lo que antes era divertido ahora es completamente aburrido, y ¿sabes que significa esto? ¡Felicidades, estás ‘envejeciendo’!
Las arrugas no son el problema, lo verdaderamente preocupante son las actitudes que empezamos a tener. Aquí te damos 19 ejemplos de cuándo ya eres demasiado vieja para ciertas cosas:
1. Reemplazas el adjetivo ‘divertido’ por ‘agotador’
Esa fiesta suena agotadora. Ir de antro suena agotador. Da igual: lo que sea suena agotador y prefieres quedarte en casa.
2. Odias las multitudes
Odias las multitudes tanto que hasta te pareces a tu propio padre. Así de serio es tu odio por las multitudes.
3. En los antros no tienen ninguna de tus bebidas favoritas
Um, no gracias, no quiero de ese alcohol de 90 grados que llamas vodka con soda de dieta. ¿Y cómo que en este lugar no tienen Beaujolais nouveau? Sí, sí es vino tinto. ¡Bruto!
4. No puedes lidiar con los malditos celos
Stalkear a la ex de tu novio es demasiado trabajo, y si tu pareja está enojado contigo porque hablaste con otra persona en una fiesta, entonces: ¡NOS VEMOS! Eso de los celos era lindo en la escuela preparatoria, pero en el mundo real, es simplemente horrible y una total pérdida de tiempo.
5. Los bares huelen más a vomito que a diversión
Tienes que levantarte a las 6 de la mañana para ir al gimnasio y definitivamente no tienes tiempo de soportar al borracho de al lado que se aferra a poner su mano en tu entrepierna.
6. Ir a una fiesta de alguien que no conoces es lo peor
Solías asistir a fiestas para ver si encontrabas a un chico lindo con el que pudieras conectar, pero ahora la idea de conversar con un grupo de bichos raros y sentarte en un inodoro extraño, es inaceptable.
7. Una noche de diversión es quedarte en casa y consentirte
Cita para un masaje + arreglarte las uñas + volver a ver la primer temporada de Sex and the city. ¿Qué más?
8. Has renunciado al crossfit para inscribirte a clases de yoga
Entre más peso quieras levantar, nunca podrás superar a la chica de a lado. No hace falta competir sino relajarse, ¿cierto?
9. Comienzas a odiar a los adolescentes
Es como si la encarnación física del infierno se apareara con un spray corporal Axe y dieran a luz a un millón de imbéciles con granos. ¡ELLOS SON LO PEOR!
10. Y los universitarios no son mejores
¿En qué momento toda la universidad se llenó de niños de diez años? Es como regresar a Si yo tuviera 30.
11. Amas el vino rosado
¿Qué tiene de malo? Es de color rosa, y tiene alcohol. Después de todo, ya eres una mujer madura, ¿no?
12. La idea de comer pizza a las 2 de la mañana ya no es sexualmente excitante
Hinchazón. Gases. La hinchazón y los gases. ¡No, gracias!
13. Ya no prefieres las barras libres
Es tan cansado tener que abrirse paso entre decenas de personas, sólo para llegar a la barra y poder disfrutar (que no es la palabra correcta) una bebida gratis (además, asquerosa) de vodka con soda. Es demasiado trabajo y, sinceramente, prefieres pagar.
14. Tienes que llegar a casa para alimentar a tu mascota
O sacar a pasear a tu mascota. ¡Dios mío, tu mascota es mucho más genial que esas personas!
15. Gastas mucho dinero en ropa de cama
Porque dormir bien lo es todo. Es el sol, la luna, las estrellas, el aire que respiramos, el néctar divino de los dioses. Lo es TODO.
16. Prefieres contratar gente que te ayude a hacer ciertas cosas
¿Recuerdas cuanto tu amiga te ofreció pizza a cambio de ayudarla a mudarse desde su quinto piso al séptimo, sin ascensor, y tú simplemente moriste de risa? Eso ya no es para ti.
17. Ya no compras en pequeños súper mercados
Ahora haces las compras en tiendas de verdad, donde hay mucho más que burritos congelados. Sabes el lugar exacto donde colocan los botes de alfalfa, y para ti cosas como ésa se convierten en BÁSICAS.
18. Has pensado comprar o has comprado: sombreros, ropa y accesorios para tu mascota
Si alguna vez preferiste no asistir a un evento en donde además habría shots gratis por pasarte horas recorriendo la tienda de mascotas en busca del perfecto disfraz de hot dog para tu perro, entonces: ¡Sí eres demasiado vieja para muchas cosas!