Alcanzar “el tercer piso” puede ser una etapa abrumadora para muchas personas, sobre todo cuando comienzas a ver los cambios que ocurren a tu alrededor o hasta en tu estado de ánimo y por supuesto en tus gustos.
Al cumplir 30 años, todos los días despiertas y te observas en el espejo buscando cambios en tu rostro, si tienes arrugas o canas, dejas de tomar café porque sabes que te dará insomnio, te vuelves más cuidadosa con tu alimentación y solo esperas no despertar adolorida después de pasar horas sentada en la oficina. Aunque todos te dicen que es una gran etapa en la vida, lo único positivo que le encuentras es que hasta cierto punto, tienes la libertad de hacer lo que tú quieras. Estas son algunas situaciones con las que te puedes sentir identificada si ya estás en ese momento.