En la universidad solías despertar temprano, hacer tareas, soportar bullys y concentrar tu cabeza en los estudios y no en el drama y los chismes escolares. Hiciste todo lo que juraste que no podrías lograr hasta que, finalmente, te graduaste y conseguiste ese papel que oficialmente te capacita para tener un buen trabajo. Años más tarde, te diste cuenta de que la vida laboral no era como tus maestros solían decirte.
Y, sin embargo, sabes que tu vida en el trabajo podría ser aún peor, así que poco a poco te acostumbras a la madurez y a vivir esta bonita experiencia de ser útil a la sociedad con un trabajo que te retribuye en lo económico, aunque a veces te destroza emocionalmente. Si te ha pasado esto, seguro podrás entender estos 18 HONESTOS momentos que ya conocen las mujeres que tienen un trabajo de 8 horas.
1. Siempre hay alguien que atrasa el trabajo porque no entiende
En especial cuando se trata de una reunión y jamás falta ese compañero de trabajo que hace una pregunta que retrasa 25 minutos la reunión.
2. Aborrecer la idea de convivir con tus compañeros fuera del trabajo
Y esta es tu cara cuando alguien que trabaja contigo te invita a pasar el rato después del trabajo.
3. Eso de darte cuenta de que ya se acabó tu fin de semana
O incluso diariamente, antes de irte a la cama y darte cuenta de que lo primero que harás al despertar será desear lo que sea… menos ir a trabajar.
4. Cada vez que alguien hace una pregunta tonta
“Mira ten, se te cayó el cerebro”.
5. Cuando tu jefe te explica algo y no tienes idea de qué habla
Te puede sorprender la cantidad de información que desconoces, pero que tu jefe cree que posees sobre el trabajo por el cual te paga.
6. Esta es tu cara en cualquier entrevista de trabajo
“¿Entonces sí estarías dispuesta a trabajar horas extras, en días feriados y Navidad?”.
7. Tú, todas las mañanas buscando ideas para no ir a trabajar
Ideas buenas, como para volverte multimillonaria de manera fácil y no volver a tu trabajo jamás.
8. Pero te deprimes y caes en el juego de “los 5 minutos más”
Ahí es cuando vuelves a sabotear tus ganas de llegar bonita y arreglada al trabajo. Pasa TODOS los malditos días.
9. Así que este es tu look diario
Y por eso en posadas y eventos importantes del trabajo nadie te reconoce con maquillaje y tu cabello arreglado.
10. Tu jefe dice: “no uses el celular en el trabajo”
Tu mano dice: “¡Vamos, desbloquea ese celular! Responde en tus grupos de Whatsapp. ¿Qué podría salir mal?”.
11. Cuando tu jefe pasa y finges que estás trabajando
Tomas lo primero que tienes a la mano y asumes tu papel de empleado útil y eficiente.
12. Si alguien entra al baño y no escuchas que se lava las manos
“¡Aléjate, demonio!”.
13. Cuando la pasas bien y tu jefe se da cuenta y te pone a trabajar
Por eso es importante saber actuar con miseria en todo momento mientras estás en la jornada laboral.
14. Sin querer, te fijas demasiado en los que llegan tarde
Y aunque eso a ti no te afecte, lo conviertes en un problema personal.
15. Después de tu hora de comida, todo se vuelve más pesado
Este proceso de digestión, sueño y muchas ganas de hacer nada, te ataca justo cuando más despierta debes estar.
16. Tu sentido del olfato se puede volver tu peor enemigo
Lugar de trabajo + tiempo de calor + mal sistema de aire acondicionado = pesadilla.
17. Amas escaparte de cooperar con dinero para un pastel de cumpleaños
También amas huir de los intercambios de regalos en Navidad.
18. Creer que trabajaste mucho tiempo, cuando apenas han pasado 30 minutos
“Pero ¡¿qué demonios?!”.