Yo soy de las personas a las que les queda perfecto la frase: “O me levanto temprano, o me levanto de buenas”. Y sé que como yo hay muchas personas que piensan que una de las peores torturas es escuchar la alarma después de una plácida noche de sueño.
Si eres de las personas que piensan que lo único bueno de despertar es que puedes volverte a dormir, entonces te sentirás identificada con estos 20 terribles momentos que son como tu cruz de cada día.
1. Cada noche calculas a qué hora es lo más tarde que te puedes despertar, y aún así alcanzar a hacer todos tus deberes matutinos
“Si me duermo ahorita, puedo despertar mañana a las 7:15, estaré lista a las 7:30 y llegaré al trabajo a las 8:00… ¡Perfecto!”
2. Siempre te aseguras de poner varias alarmas con intervalos de 10 minutos
Sólo así estás segura de que al menos una de las alarmas logrará despertarte.
3. Y lo poco que duermas entre esas alarmas será el mejor sueño
4. Casi siempre ignoras las dos primeras alarmas, porque sólo son como un ejercicio de calentamiento para cuando realmente tienes que levantarte
O porque de plano ni siquiera las escuchaste.
5. Sin embargo, la última alarma te hace entrar en pánico porque ahora en realidad tienes que levantarte
¡Maldita sea con ese ruido!
6. Siempre te despiertas tarde para ir a los eventos importantes
7. Así que has tenido que recurrir a establecer alarmas en diferentes dispositivos, o tener a alguien que actúe como alarma y te obligue a levantarte
Se necesita de todo un ejército para despertar a alguien como tú.
8. Lo único que sientes al ver el sol de la mañana es odio
… Un odio muy intenso.
9. Y por alguna extraña razón, los rayos de sol siempre encuentran la manera de brillar directamente en tus ojos
Aún no entiendes el por qué. Incluso si cambias de posición para dormir o mueves las cortinas la luz siempre encuentra la manera de brillar en ti.
10. No entiendes por qué tus vecinos se aferran a hacer tanto ruido por las mañanas
¡Maldito sea el que se le ocurrió podar el césped a las 8:00 AM!
11. Has desarrollado una capacidad sobrehumana para controlar tu vejiga y no levantarte a media noche al baño
¡Todo sea por no separarte de tu cama!
12. No te importa tener que saltarte una ducha o el desayuno, todo sea por esos valiosos minutos extra para dormir
Cada segundo es importante.
13. Antes de salir de tu cama, pasas los primeros 15 minutos del día poniéndote al corriente en Twitter e Instagram
Y después, pasas otros 15 minutos comprobando lo que tienes qué hacer en el trabajo, las tareas de la escuela, revisando los correos electrónicos, y por supuesto en Facebook.
14. Cada mañana tienes un debate interno sobre si puedes faltar a la escuela o al trabajo, sólo para volver a dormir
15. Después calculas cuántos días te quedan de enfermedades, o si tienes alguna clase importante a la que no debas faltar
Nunca tu mente ha trabajado tan duro a tan temprana hora de la mañana.
16. Odias darte cuenta de que tienes tantas cosas por hacer que no puedes quedarte en la cama
17. Sin embargo, te quedas unos minutos más pensando en cómo te vestirás ese día
Haces lo que sea con tal de pasar unos minutos en tu cama.
18. Inevitablemente y a regañadientes, te obligas a salir de la cama en un estado ‘zombie’
19. Con la promesa de que en unas horas más volverás para tomar una siesta
(Algo que casi nunca sucede)
20. Al final del día, cuando llegas a casa, juras no volver a dejar tu cama de nuevo
Es tu único y verdadero amor. Aunque sabes que a la mañana siguiente esta horrible historia se volverá a repetir.