Comprar nuestra primera casa es un momento de demasiado orgullo, pues es un espacio en el que podemos ser nosotras mismas y qué mejor manera de expresarnos que con la decoración o alguno que otro arreglito en la fachada o un cuarto que le grite al mundo que ese es nuestro santuario.
Es cierto que el buen gusto no nace en los árboles, pero creíamos que los arquitectos sí lo tenían. Sin embargo, con las siguientes fotografías nos damos cuenta de que al parecer no todos lo tienen y muchos solo quieren hacer su “gran” obra para destacar.