Viajar en avión puede ser muy cómodo si vas preparada con tus auriculares, la almohada en forma de donita para tu cuello y hasta un antifaz, por si el vuelo es muy largo y deseas dormir.
Al elegir el asiento debes ser cuidadosa por si quieres contemplar el panorama desde las nubes o tener un rápido acceso al pasillo, los asientos menos convenientes son los que están en medio de otros asientos. Pero aun así, teniendo el asiento adecuado, los bebés llorones o las turbulencias pueden alterar tus ánimos, aunque nada se compara con la experiencia de Jessie Char.
Aquí Jessie en su selfie antes de comenzar el vuelo
Ella tomó un vuelo de Long Beach, California a San Francisco y cuando pensó que todo estaba bien, descubrió a su bizarro compañero de asiento.
Al principio todo parecía perfecto
Jessie compartió con sus seguidores de Twitter su fortuna:
Estaba volando a casa, San Francisco, estaba tan emocionada cuando me di cuenta de que todo el espacio era para mi. Ya había levantado el descansabrazos para acostarme en mi lujoso asiento de avión.
Entonces la historia cambió
Unos minutos después, escuché que los descansabrazos bajaban. Voltee a ver, pensando en que el seguro se había aflojado. En ese momento vi un pie salir, seguido de otro; mientras los dedos se movían.
Y eso no fue lo peor
Las cosas se volvieron más repulsivas desde aquí, mientras trataba de ingresar a la red Wi-Fi del avión, el pie levantó la persiana. Busqué a alguna aeromoza y cuando encontré a alguien que me ayudara, fue demasiado tarde los pies habían desaparecido discretamente.
Los comentarios no se hicieron esperar
Al bajar del avión ella se dio cuenta de que la persona culpable era una mujer de más de 40 años, muy corta de estatura y tal vez por eso no alcanzaba a subir la cubierta de la ventana por sí misma.