Las historias que ocurren a diario en una sala de parto deben ser muchas e inspiradoras. Y aunque solemos aplaudir a las mujeres capaces de dar a luz de forma natural y sin inyección epidural, en esta ocasión queremos hablar de aquellas que por mucho tiempo han sido olvidadas y relegadas del podio de las ganadoras: las madres a quienes practicaron una cesárea.
Esta cirugía es mucho más peligrosa de lo que suena y lleva consigo un trabajo de parto más complicado del que parece. La fuerza física y emocional de estas mujeres es infinita, por eso aquí exponemos 3 hechos que toda madre que ha pasado por una cesárea quiere que sepas.
Son mujeres valientes hasta el último minuto
Algunas de las madres que llegan a la sala de parto para dar a luz por cesárea tienen semanas e incluso meses de preparación para este momento. Sin embargo, hay quienes después de tener un plan de parto, son sorprendidas en el último minuto con la noticia de que todo cambiará y deben entrar al quirófano, y tienen muy poco tiempo para asimilar que no tendrán un alumbramiento natural y deberán enfrentarse a esta nueva situación.
Lo más importante es el bebé, pero solo de imaginar que en ese momento sus padres o pareja no pueden entrar al quirófano para acompañarla, es imposible ponerse en el lugar de estas valientes mujeres.
Son fuertes física y emocionalmente
Estos cambios e imprevistos pueden hacer que cualquiera se sienta vulnerable, pero una madre es capaz de aguantar toda lágrima y temor, con tal de salir adelante de la situación y asegurarse de que su hijo llegue al mundo sano y salvo, e ingresan a la sala de parto aterrorizadas, pero hechas a la idea de que todo tiene que salir bien.
Durante la cirugía, estas madres deben mantenerse en calma, aunque tengan grandes temores. Como cualquier persona que se somete a una operación, quisieran quedarse en su cama durante un mes a reposar y sanar, pero ellas saben que esa no es opción. Por lo contrario, tienen que dar pecho, criar y comenzar a fortalecer ese fuerte vínculo con su hijo.
Son las mujeres más bellas del mundo
Si conoces a una mujer que dio a luz por cesárea o tú misma pasaste por esta cirugía, te invito a que mires esa cicatriz. Cada una es diferente en cuanto a textura, longitud y lugar; pero es aún más especial por la historia que hay detrás. Es importante apreciar cada centímetro de esta cicatriz y observar como se ha desvanecido con el tiempo.
Son marcas de guerra que permanecen para siempre en el cuerpo de estas mujeres, y si alguna vez le preguntas a cualquiera si se arrepiente de tener esa cicatriz ten por seguro que su respuesta será un rotundo no. Ahí radica la belleza de estas mujeres: en el inmenso amor a sus hijos y la valentía de traer vida a este mundo, que no se compara ni remotamente con el paisaje más bello o con un cuerpo perfecto.