Megan Schofield estaba compartiendo fotos de su viaje en avión cuando notó algo inusual: un joven sostenía la mano de una mujer de 96 años en pleno vuelo; ella se acurrucaba en su pecho y mantenía la mirada fija, evitando ver por la ventanilla pues le atemorizaban las alturas.
Lo conmovedor de la escena es que ni la abuelita ni el joven se conocían; sin embargo, él notó el nerviosismo de su compañera y sin dudarlo le prestó su mano para que estuviera tranquila.
Un ángel en el vuelo
Sentada cerca de mí estaba una mujer de 96 años que no había volado en 15 años. Por su cumpleaños, ella quiso ir a Kansas City para ver a su familia pero le asustaba volar. Antes del despegue le pidió a este hombre que le permitiera tomar su mano… Él tomó su mano, la dejó que se abrazara cuando hubo turbulencias, la tranquilizó al explicar todo lo que iba sucediendo y fue, simplemente, el extraño que estaba ahí para ella.
Pero la caballerosidad de este héroe sin capa no terminó allí. Megan afirma que el joven ayudó a la abuelita a levantarse de su asiento e incluso la vigiló mientras caminaba por el pasillo para llegar al baño. Al término del vuelo, le cargó el equipaje de mano y la ayudó a descender del avión, tal y como lo hubiese hecho cualquier nieto con su abuela.
Las buenas acciones derriten corazones
Tengo que admitir que me marché con lágrimas de felicidad y sintiéndome agradecida por la existencia de personas como él. Ella también estaba muy agradecida…
Me quito el sombrero ante este joven, por su corazón solidario y su compasión hacia alguien que nunca antes había visto. Esto verdaderamente me hizo la semana.
La publicación de Megan se volvió viral y obtuvo una gran cantidad de comentarios positivos, en los que han revelado la identidad de los pasajeros como Ben y Virginia, dos personas que nos demuestran que los buenos somos más.