La crisis económica derivada del covid-19 aún causa estragos por todo el mundo. Sin embargo, hay quienes encuentran la manera más creativa de salir adelante, tal como lo hizo una abuelita originaria de Ciudad de México al construir casitas de juguete con cartón e intercambiarlas por alimentos.
Su historia se viralizó en redes sociales, conmoviendo a cientos de internautas, quienes han ayudado con donaciones en despensa, efectivo o simplemente compartiendo la publicación en la que se dio a conocer la situación de esta mujer mayor que nos demuestra que siempre hay una manera honrada de seguir adelante.
Esta abuelita instala su pequeño e improvisado puesto afuera de la entrada principal de un supermercado en la Ciudad de México. Con mucha paciencia acomoda las casitas de tal manera que sean llamativas para las personas y espera a que alguien las compre o las intercambie por algo de despensa.
Lamentablemente, al principio, su plan no tuvo el éxito deseado. Sin embargo, ella no desistió y permaneció de pie bajo los rayos del sol. Hasta que un día apareció Tere Vela, una mujer que le ayudó a compartir su historia en redes sociales.
Tere escribió que las casas de cartón que esta abuelita realiza son una forma de ganarse la vida, ya que por diversas condiciones, su situación económica es crítica.
Esta abuelita vende casitas que ella hace con cartón porque dice que ya no le alcanza para vivir. Está sobre la avenida San Antonio y la calle Pino, afuera de la entrada principal de Soriana Hiper entre el periférico y avenida Revolución en Mixcoac.
La publicación se viralizó en minutos y, de inmediato, cientos de internautas se organizaron para llevar alimentos en especie, generar donativos en efectivos y compartir la publicación con la intención de que llegara a más personas y las autoridades correspondientes. Hasta el momento se sabe que tras la publicación, la abuelita ha estado recibiendo ayuda y sus casitas ya se agotaron, por lo que ahora trabaja en crear nuevos diseños para seguir adelante y no perder la esperanza. Historias como estas nos demuestran que los buenos somos más y que nunca hay que darnos por vencidos.