Internet es un sitio repleto de actos de bondad. Prueba de esto es la historia de una abuelita que vende elotes en un puesto improvisado en las calles de Acapulco, Guerreo, en México. Desafortunadamente, las ventas de dicha mujer no iban tan bien, a lo mucho llegaba a vender tres o cuatro piezas. Las bajas ventas la desmotivaban y, al mismo tiempo, complicaban su situación económica.
Sin embargo, algunos compradores de la señora notaron la situación y le echaron una manita. Publicaron su historia en Facebook y pidieron a los ciudadanos que acudieran a comprar un delicioso elote, así deleitarían su paladar y, de paso, ayudarían a una mujer trabajadora. La respuesta de los internautas fue tan increíble que la abuela en cuestión rompió en llanto al ver que por primera vez lograba vender todo su producto.
El pasado 6 de diciembre, internautas publicaron una fotografía en la que se ve a una mujer de la tercera edad instalar un puesto de elotes atrás de una catedral en Acapulco, Guerrero, en México. Su cara se ve triste y su gesto es de desanimo. Sin embargo, se mantiene firme y da lo mejor de sí para comenzar su venta.
Lamentablemente, y de acuerdo con los testigos, tras varias horas de trabajo, la mujer solo logró vender entre tres o cuatro piezas de su producto y se retiró a casa abatida por la situación. Al ver esto, decidieron ayudarla y, a través de Facebook, invitaron a la población a consumir los elotes que vendía la mujer.
Para sorpresa de los involucrados, internet hizo su magia y al siguiente día la mujer tenía filas de compradores esperando por comprar y saborear uno de sus elotes.
La venta fue tan buena que la vendedora, con lágrimas en los ojos, observó cómo se vendió toda su mercancía y agradeció a toda la gente que decidió ir a comprarle. Algunos de los comensales ya no alcanzaron elotes, pero prometieron asistir al día siguiente y probar su sazón.
Se sabe que desde ese día, la mujer ha mejorado sus ventas, las filas son interminables al igual que el agradecimiento de ella. Ayudemos a las personas de la tercera edad, compremos sus productos y démosle ese empujoncito que necesitan para seguir adelante.