El amor de los abuelos puede ser aun más intenso que el de los padres hacia sus hijos, y como prueba te contamos la historia de esta mujer. Luego de que su hija se divorciara y abandonara a su hijo, la abuela se hizo cargo de él, pero su situación económica no era la más favorable de todas.
Esta mujer sabía que debía sacar adelante a su nieto, por lo que no le importó salir a las calles a conseguir dinero. Ahora trabaja como estatua bajo el intenso sol para alimentarlo, porque su amor es más grande que cualquier adversidad.
Para esta abuelita no existen los límites
Manum es originaria de Malasia y tiene 60 años, pero según dice, desde hace algún tiempo dejó de contar su edad, porque lo único que le importa es seguir trabajando para mantener a su nieto Reihan. Ambos viven en las calles, cerca de la esquina en la que Manum trabaja como estatua bajo el intenso sol y donde reciben ayuda de las personas que transitan por ahí.
Cada mañana se maquilla el cuerpo entero con pintura plateada y entonces su papel como una estatua viviente comienza.
Haría cualquier cosa por su nieto
Luego de que su hija se divorciara, abandonó al pequeño y ella se hizo completamente cargo de él. Lo alimenta, juega con él y le da todo el amor que tiene en su corazón.
Cada día logra juntar entre tres y seis dólares, pero no es sencillo, pues tiene que pasar todo el día parada, cubierta de pintura y con el pequeño sujetado a su espalda. Cuando algún peatón se acerca y le deposita una moneda, ella se mueve y comienza a cantar durante algunos segundos, luego se vuelve a quedar quieta. El proceso se repite durante varias veces, hasta que llega la noche y ella se retira al pequeño lugar en la intemperie en el que vive.
Ella solo quiere darle todo a su nieto
Las pocas monedas que logra recolectar en la calle le sirven para alimentar a Reihan con arroz, pero no siempre alcanza para ambos, así que ella solo toma una comida al día. Durante una entrevista para el periódico Merdeka, habló de todo lo que vive junto a su niño.
Lo importante es comprar leche para Reihan y darle de comer sus comidas diarias.
Mamum trabajaba como asistente de limpieza, pero debido a la pandemia, tuvo que dejar su empleo y se vio obligada a trabajar en las calles. Aunque todos la conocen y tratan de ayudarla, nadie sabe su historia real y todo lo que hace para mantener a su nieto. Él es quien la motiva a seguir adelante, por lo que le prometió siempre darle lo mejor.