Cuando somos jóvenes e inclusive en nuestro inicio de adultez solemos escuchar con demasiada frecuencia frases como “cuídate y aliméntate bien”, “come de manera saludable”, y muchas otras que en ocasiones terminamos por ignorar y hasta por aborrecer.
Esta situación empeora cuando junto con nuestra pareja no comemos saludablemente, y es ahí cuando comienzan aún más problemas, como sucedió con Alida Elizabeth Dreyer, una chica originaria de Sídney, Australia.
Alida añoraba ser madre
Alida Dreyer tiene 27 años de edad y su sueño más grande hace un par de años era poder convertirse en madre y tener su propia familia, pues estaba segura que el hombre con quien estaba era el amor de su vida.
Sin embargo, la búsqueda del añorado bebé no estaba siendo sencilla y en su lugar se estaban llevando muchas decepciones, por lo que después de algunos meses en que ambos lo intentaron, terminaron por rendirse y optar por acudir a una clínica de fertilidad.
La situación no era nada alentadora
Ella llevaba una relación de tres años con su pareja y había llegado a pesar cerca de 140 kilogramos, por lo que le resultaba imposible caminar más de 10o metros continuos, ya que se fatigaba y debía tomar un pequeño descanso.
Durante su último año fue cuando acudieron a la clínica de fertilidad donde el diagnóstico que le dieron no fue nada alentador, ya que padecía Síndrome del Ovario Poliquístico (SOP), además de sobrepeso, por lo que de una manera muy sincera su médico le dijo que así era prácticamente imposible que lograra un embarazo en esas condiciones físicas.
Eso marcó un antes y un después en su vida
Tras la triste noticia que le había dado el médico, Alida decidió hacer algo al respecto, más aún cuando después de ello su pareja decidió dejarla, por lo que ahora estaba sola y no podía quedarse en cama llorando por lo que le sucedía, así que tomó la mejor de las decisiones: realizó cambios drásticos en sus hábitos alimenticios, los cuales eran en extremo dañinos, además de que incluyó el ejercicio en su vida diaria.
¡Se encuentra mejor que nunca!
Tras un largo camino recorrido, Elizabeth ha logrado bajar cerca de 70 kilogramos, ahora mismo pesa 68 kilos y se encuentra más feliz y satisfecha que nunca.
No es solo es mi cuerpo lo que ha cambiado, también es mi forma de pensar. Además ahora tengo mucha energía y mi mente se centra ‘en un cuerpo sano y un alma sana’.
—Alida Elizabeth Dreyer