Charlie Gard es un bebé de once meses de edad que padece el síndrome de agotamiento mitocondrial, una rara enfermedad terminal que produce daño en todos los sistemas del cuerpo humano. Para mantener vivo al pequeño Charlie, es necesario tenerlo conectado a una máquina. No existe una cura y solo 16 personas en el mundo han padecido este desorden genético.
Los doctores del Great Ormond Street Hospital comunicaron a los padres de Charlie, Chris Gard y Connie Yates que su bebe sería desconectado el viernes nueve de julio. Los padres no quieren que su bebe fallezca de esta manera y comenzaron una lucha por darle otra oportunidad. Esta historia ha llegado al Papa Francisco y al presidente Donald Trump, que ofrecieron su ayuda a esta familia.
La historia de Charlie
La enfermedad de Charlie es una mutación genética y le produce debilidad muscular, disfunciones orgánicas y daño cerebral, el bebe no puede respirar, escuchar, ver ni llorar por sí mismo. La recomendación médica es dejarlo morir con dignidad para no prolongar su sufrimiento, mientras los padres aún tienen esperanza de salvarlo.
Los padres buscan ayuda
Los padres llevaron el caso a la corte para interponerse a la decisión de los médicos y trasladar al pequeño. Pero la corte británica les dio la razón a los galenos, ya que el daño es tan profundo que no tiene posibilidad de mejorar. Se realizaron tres juicios donde tres jueces distintos dictaminaron que se desconectara al bebé. Los padres acudieron a la Corte Europea de Derechos Humanos, la cual también apoyo la decisión de los jueces. Tras el nulo éxito obtenido los padres publicaron un vídeo donde cuentan lo acontecido, el hospital les dio unos días extra para despedirse, pero se negaron a que lo llevaran a casa para pasar las últimas horas en familia.
El Vaticano ofrece su ayuda
Un portavoz del Vaticano indicó en la radio que el Papa ha estado siguiendo el caso de Charlie con cariño y tristeza, rezando para que el deseo de sus padres no sea ignorado y ofreció ayudar a los padres trasladando al bebé al hospital pediátrico Bambino Gesu, pero por cuestiones legales el bebé no pudo ser trasferido.
Donald Trump también quiso ayudar
El presidente Donald Trump ofreció su ayuda para trasladarlo a Estados Unidos y ofrecerle un tratamiento experimental que mostró mejorías en enfermedades genéticas similares, pero dicho tratamiento ni quisiera ha sido probado en ratones de laboratorio por lo que es una alternativa que tampoco puede contra la decisión tomada por la corte británica. A pesar de la lucha que sostuvieron estos padres por darle una oportunidad a su hijo, solo consiguieron unos días extra para pasar el tiempo en compañía de su bebe y decirle adiós.