A pesar de su delicado y frágil aspecto, los bebés pueden ser más fuertes de lo que imaginamos, especialmente cuando nacen con alguna condición complicada: desde desórdenes genéticos, nacimientos prematuros o padecimientos más graves.
Paisley nació con una extraña condición llamada: Síndrome Beckwith Wiedemann, que afecta a uno de cada 14,000 recién nacidos, y que provoca que un órgano, en este caso su lengua, aumente su tamaño de forma irregular.
La pequeña no podía comer y apenas respiraba por su propia cuenta, además, su peso corporal era más grande de lo normal y tenía mayor riesgo de tumores cancerosos.
Los médicos estaban preocupados porque la pequeña Paisley podría asfixiarse por el bloqueo de sus vías respiratorias, por lo que durante los tres primeros días la mantuvieron conectada a un ventilador.
Ante este panorama, a los 6 meses de edad, los médicos decidieron operarla de emergencia para evitar el sofocamiento y durante ese tiempo fue alimentada mediante tubo gástrico.
Al poco tiempo su lengua creció hasta llegar a los 15 centímetros y se salía de su boca, por lo que 4 meses después, una nueva intervención fue necesaria.
Por fortuna, la lengua de Paisley ha permanecido de tamaño normal desde la última operación. Además, como ya no ocupa la mayor parte de su pequeña boca, ahora puede sonreír, comer y actuar como cualquier otra bebé de su edad.
A pesar de que uno de los efectos de su condición podría ser desarrollar problemas de lenguaje y por ello requiera una terapia especial, Paisley está aprendiendo a decir sus primeras palabras y parece aprender rápidamente nuevas habilidades que no podía desarrollar cuando tenía una lengua más grande.