Lamentablemente aún existen muestras de ignorancia relacionadas con la dislexia, una condición que puede afectar al 10 por ciento de los niños a nivel mundial, y lo más reprobable es que estos niños y jóvenes son víctimas de bullying, incluso por los maestros que trabajan con ellos. Este padecimiento dificulta la lectura, la escritura y, algunas veces, el habla.
Este es el caso de Phoebe, una chica australiana que fue diagnosticada con dislexia, discalculia, disgrafía y trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Es decir, tiene problemas de aprendizaje con la lectoescritura, dificultad para resolver problemas matemáticos y deficiencias al momento de escribir.
No se dejó vencer
Por tal motivo, la joven padeció incontables humillaciones, incluso le llamaban estúpida. Pero esto no la detuvo y continuó luchando por alcanzar sus objetivos.
Luego de graduarse de la Universidad de Tecnología de Sidney, de la carrera en Arte, con especialidad en comunicación, decidió enviarle un mensaje a todos aquellos que dudaron de ella y la hicieron sufrir mientras cursaba el bachillerato.
Con dedicatoria
-Publicación para presumir-
A los maestros de la preparatoria, quienes le dijeron a mis padres que debería de dejar las clases porque podría atrasar a otros estudiantes.
Al maestro de la universidad que me dijo “obviamente no me interesa tu educación” y me hizo llorar enfrente de la clase porque no podía deletrear las palabras correctamente.
A los padres que le pidieron a los maestros que no sentaran a sus hijos junto a mí en matemáticas porque sus hijos se volverían “estúpidos también”.
Y al sistema educativo que me ha fallado, y me dijo que solo valía lo que dijeran mis calificaciones.
Bueno, esta publicación es para ustedes.
Después de asistir a la Universidad Tecnológica de Sidney: intentando entrar a la universidad, en el último semestre del bachillerato, fui formalmente diagnosticada con dislexia, discalculia, disgrafía y trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). No solo he sido capaz de terminar la escuela con solo un semestre de apoyo por discapacidad, sino que puedo decir orgullosamente que he terminado con la calificación más alta de mi curso, con la oportunidad de hacerlo con honores.
Así que, a esas personas que me avergonzaron por no encajar con el criterio de “el perfecto estudiante”, pongan atención porque nosotros, los niños discapacitados, los estamos aplastando en su propio juego a nuestra forma, única y especial.
P. D. Gracias a mis increíbles amigos, familia y tutores quienes siempre me ayudaron y me apoyaron a través de mi viaje.
Una inspiración
Luego de su estremecedor mensaje en imgur, la joven recibió muchos comentarios positivos y de apoyo, incluso de aquellos que han tenido que vivir con este trastorno y padecer el mismo trato.
Phoebe es un ejemplo para todos aquellos que han vivido una situación similar; logró callar a todos esos que la calificaron de inepta o tonta. Lo importante es que siempre contó con el apoyo de su familia y personas cercanas.