Ser mamá o no es una decisión muy personal que se debe tomar responsablemente y así lo hizo Skylar, una chica que deseaba ser mamá, por lo que a través de internet buscó a un donante de esperma y después de ciertos acuerdos legales, finalmente un recipiente llegó por correo y se inseminó.
La chica de 28 años contó a través de sus redes sociales toda su experiencia. Skylar relató que siempre tuvo la idea de tener un hijo a los 30 años, teniendo pareja o no. Sin embargo, a sus 27 años, su deseo de ser madre se intensificó, así que no quiso esperar más y decidió buscar un donante de esperma en internet.
Skylar es esteticista en Nueva York, Estados Unidos, y mencionó que siempre pensó que la forma más probable para convertirse en madre sería consiguiendo un donante, ya que dice no querer depender de nadie más para criar o compartir a su bebé.
Para elegir al donante, Skylar eligió a un hombre que fuera parecido a ella, o sea, creativo y artístico. Además, confiesa que realmente funcionó porque la pequeña se parece a ella, así que no hay duda de que es su hija. Por si fuera poco, la chica se inseminó artificialmente en su casa, por su cuenta, con el esperma que le llegó por correo.
Estaba absolutamente extasiada, no podía creer lo que veía.
Para lograrlo, tuvo que esperar un mes. Después de este tiempo, se hizo una prueba de embarazo y aunque dio positivo de inmediato, al estar en shock, se hizo siete pruebas para estar completamente segura.
El proceso fue mucho más barato que hacerlo mediante una empresa de donantes, lo que le permitió ahorrar dinero e invertirlo en una doula, una entrenadora de partos para que la ayudara cuando la necesitara. Esta persona fue la encargada de guiarla a través del proceso y la apoyó durante el embarazo.
Cabe mencionar que en diversos momentos, Skylar llegó a sentirse sola y juzgada, especialmente el día en que nació su bebé, ya que asegura que en repetidas ocasiones, la gente la veía preguntándose “¿Dónde estará el padre?”. Sin embargo, ella está segura de haber tomado la mejor decisión.
Cuando finalmente llegó mi bebé, fue el día más feliz de mi vida y lo hice todo sola. Sentí que me faltaba una pieza, pero mi niña me ha completado.