Películas como Bajo la misma estrella o Un paseo para recordar nos hacen creer que las historias en las que el amor, la esperanza y la terrible enfermedad del cáncer se mezclan, son solo producto de la imaginación de un escritor. Sin embargo, estas experiencias de vida son tan reales como la de Emilio Beta, un chico de tan solo 19 años de edad.
Emilio fue diagnosticado con cáncer a corta edad. Al cumplir los 13 años se dio cuenta de que su vida giraba en torno a terapias, medicamentos y visitas de hospitales. Entonces decidió tomar las riendas de su vida y comenzar a hacer realidad sus sueños. Venció el cáncer con el apoyo de su familia e incursionó en el mundo del deporte. El destino lo sorprendió de nuevo y una de sus piernas tuvo que ser amputada. A pesar de ello, realiza conferencias motivacionales, visita a niños que necesitan ayuda tanto como él la necesitó, y lo mejor de todo es que ha encontrado el verdadero amor en un intercambio estudiantil que lo llevó hasta Roma.
Emilio venció el cáncer tras una dura batalla
Quiero contarte una historia, en la primera foto tenía 13 años, fue cuando mi vida cambió para siempre, luchaba contra la muerte, que entonces se llamaba cáncer. Fue en ese momento que me di cuenta de que había vivido una vida sin sueños, sin metas, sin logros… cada día con el miedo de morir y ser olvidado. Me pregunté por primera vez: ¿de verdad estoy contento con lo que he hecho de mi vida?
Ahora brinda apoyo a quienes, como él, lo necesitan
Fue entonces que desperté, me sequé las lágrimas y a los 14 años vencí el cáncer.
Se convirtió en deportista
A los 15 años de edad, y como deportista en silla de ruedas, participé en las Paralimpiadas; a los 17 vencí más de 55 kilómetros en un ultramaratón.
A pesar de los obstáculos, comparte su historia
A los 18 perdí una pierna, pero como persona con discapacidad me volví más capaz que nunca. Ahora a los 19 como conferencista viajo por todo el país ¡y soy más feliz que NUNCA!
Pues sabe que es capaz de lograr lo que desee
Creo que somos capaces de romper los límites, creo que los sueños sí se vuelven realidad; creo en ti y en mí, creo en el destino y creo en Dios.
Incluso, viajar a Roma para encontrar el amor de su vida
Hace más de seis meses Emilio encontró el amor en una chica que llegó a México por un intercambio estudiantil, quedó flechado y prometió volver a verla. El tiempo pasó y aunque las cosas no parecían ir bien, logró cumplir su promesa.
Quiero decirte que el amor no tiene fronteras ni conoce barreras. Te pido que ames, que ames con muchísima fuerza, que ames de cerca y de lejos, que no te importe lo que la gente diga y tampoco aceptes amores pobres, que tampoco te importe el tiempo ni la distancia, que tu amor sea fiel y que jamás te rindas.