Por increíble que parezca, un conductor de Uber que llevó a un hombre a casa luego de recogerlo a la salida del hospital tras recibir su tratamiento de diálisis, terminó donándole uno de sus riñones.
“El milagro”, como le llaman medios de comunicación estadounidenses a este acto, ocurrió en Nueva Jersey, en los Estados Unidos, pues no bastaba solo con la buena voluntad de este generoso chofer, también se requería que ambos fueran compatibles para realizar el procedimiento.
Un simple viaje de Uber se convirtió en una nueva oportunidad de vida para Bill Sumiel, un hombre enfermo de 73 años que requería trasladarse del hospital a su casa tras recibir su habitual tratamiento de diálisis. Para ello, se puso en contacto con una famosa aplicación de transporte.
Rápidamente, el conductor, Tim Letts, lo recogió afuera del hospital. Durante el trayecto, ambos hombres comenzaron a platicar sobre distintos temas, saliendo a la conversación la enfermedad por diabetes que Bill padecía y la urgencia con que buscaba un donante de riñón. En entrevista para ABC6 News, el señor Sumiel relató cómo Tim se ofreció a ayudarlo.
Él me dijo: ‘Creo que Dios debe haberte puesto en mi auto. Si tomas mi nombre y mi número, te daré un riñón’. Estaba temblando tanto que ni siquiera pude escribir su nombre y número.
Sin embargo, según el Daily Mail, había que determinar si los dos hombres eran compatibles para llevar a cabo el procedimiento de donación, ya que ambas partes deben ser compatibles en sangre, tejidos y pruebas cruzadas. Afortunadamente, ellos lo eran, así que el procedimiento fue realizado con éxito. En entrevista para Town Square Delaware, Tim relató por qué lo hizo.
No quería mirarme en el espejo más adelante y pensar: ‘Vaya, hombre, eres terrible. Podrías haber hecho algo y no lo hiciste, porque te convenciste de no hacerlo, o porque dejaste que otras personas te convencieran de no hacerlo’. La gente buena necesita que otra gente buena los apoye, y no te llames a ti mismo una buena persona si no estás dispuesto a apoyar a otra persona.
Desde entonces, los dos son muy buenos amigos, y aunque Tim se mudó a Alemania, ambos procuran mantenerse en contacto. Es maravilloso constatar que la ayuda desinteresada de un extraño le cambió y salvó la vida a otro ser humano.