¿Qué ves cuando imaginas a un científico? Por lo general, un hombre de bata blanca observando con atención un tubo de ensayo. Bien, lo que leerás a continuación derribará ese y otros estereotipos. Estas 12 científicas representan un rango de disciplinas como astrofísica, biología, genética, arqueología, medicina, glaciología, ciencia de los datos y más. Provienen de 5 países del mundo y, aunque un retrato como éste no debería ser algo extraordinario en pleno 2015, tristemente lo es: destaca una brecha de género muy grande y real en las ciencias.
“Esta semana un taxista me preguntó: ‘¿Qué dicen los hombres cuando les dices que eres una científica? Porque no pareces’. En esta fotografía veo un brillo en los ojos de cada una, como si respondiéramos: ‘Esa es la cuestión señor, me veo como científica”, dice la bióloga marina Kristen Marhaver.
1. Renée Hlozek, cosmóloga
La cosmóloga sudafricana estudia el fondo del microondas cósmico, que es la radiación remanente del Big Bang, para entender mejor las condiciones iniciales del universo y como creció en sus estructuras como las galaxias que vemos actualmente.
“Mi campo es hacer preguntas sobre la naturaleza y evolución del universo, fundamental para entendernos a nosotros mismos. Con una historia de mujeres en la astronomía, aún hay pocas en mi campo, y encuentro que soy vista más como una extraña. Pero precisamente porque somos pocas, puedo tener una voz clara en el campo y me siento orgullosa de ser un modelo para las jóvenes interesadas en la ciencia. Me emociona pensar que llegue el día en que haya un número igual de hombres y mujeres científicos en cosmología y astrofísica”.
2. Janet Iwasa, animadora molecular
Conocemos sobre procesos moleculares aunque son imposibles de observar directamente. Coloridas y llenas de acción, las animaciones 3D de Iwasa ilustran cómo se ven, mueven e interactúan las moléculas, permitiendo a los científicos visualizar sus hipótesis y transmitir información científica compleja a las audiencias en general.
“El grupo de mujeres en esta imagen trabajan en ciencias bastante imponentes, que buscan entender el nacimiento del universo, encontrar evidencia de cáncer en antiguas civilizaciones o preservar especies animales en peligro de extinción. Mis sujetos de estudio son muy pequeños para ser vistos, pero a través de mi trabajo espero revelar el mundo dentro de nuestras células, que es caótico y bello –y espero, también inspirador”.
3. Katie Hunt, paleo-oncóloga/arqueóloga
Cuando fue diagnosticada con cáncer de ovario a los 22 años, Hunt catalizó una profunda curiosidad sobre el cáncer como una enfermedad ‘vieja’. Profundizando en textos históricos y analizando restos humanos, descubrió la presencia de dicha enfermedad en la antigüedad, pero no existían herramientas para un riguroso análisis científico.
“La antropología científica es un campo en el que predominan las mujeres, así que tengo la fortuna de trabajar con brillantes científicas a diario. Tengo el privilegio de atestiguar un mundo en el que la presencia de las mujeres en la ciencia es algo común y celebrado”.
4. Kristin Marhaver, bióloga del coral
Establecida en Curacao, Marhaver investiga cómo se reproducen los corales y qué necesitan los más jóvenes para sobrevivir en los arrecifes, una tarea urgente debido a la lucha contra la contaminación, la pesca excesiva y el cambio climático.
“Esta fotografía lleva una fuerza extra para mí porque todas nos vemos con nuestro verdadero yo. Tengo esta foto colgando detrás de mi escritorio, para cuando la gente entre en mi oficina, tenga un pelotón de 12 doctoras respaldándome”.
5. Marcela Uliano da Silva, bióloga computacional
Los invasivos mejillones dorados, traídos de Asia a Sudamérica, amenazan con destruir el ecosistema del río Amazonas. Uliano da Silva está secuenciando el genoma de los mejillones para desarrollar una solución genética que prevenga el ataque de éstos moluscos a los sustratos.
“Hasta que mi trabajo como científica fue más conocido, sentí el prejuicio, la objetivación, el descrédito. Lo único que podía pensar cuando eso sucedía era que ese comportamiento se basaba en la inseguridad. A la gente le asusta el cambio, aunque el cambio sea lo que hace que la humanidad avance en formas extraordinarias”.
6. Jedidah Isler, astrofísica
Isler estudia agujeros negros supermasivos hiperactivos, que devoran el material a una velocidad mil veces mayor que un agujero negro supermasivo promedio. Jalan el material a través de un disco de acreción que gira alrededor del agujero negro y luego lo disparan a través de chorros que se mueven al 99.99% de la velocidad de la luz. Cuando esos chorros son dirigidos a la tierra, se les llama agujeros negros supermasivos hiperactivos.
“En esta imagen veo el futuro. Veo un grupo diverso de exploradoras, pensadoras, constructoras y triunfadoras que usan su increíble inteligencia para mejorar el mundo en el que vivimos. Como mujer de color en STEM, veo la oportunidad de sumar mi voz al coro de mujeres que redefinen lo que significa ser una científica o hacer trabajo científico”.
7. Laura Boykin, bióloga computacional
Los pequeños agricultores de África dependen de la yuca tanto para el sustento como para el flujo de efectivo, pero este cultivo básico se encuentra amenazado por la mosca blanca, un insecto que transmite un virus destructivo a la planta. Boykin utiliza genoma, super computación y filogenética para identificar a las especies de mosca banca y recavar la información necesaria para que los investigadores modifiquen la yuca para que resista al insecto y al virus.
“Ser una mujer de ciencia puede ser solitario. Cuando veo esta imagen me doy cuenta de que nunca estaré sola de nuevo”.
8. Patricia Medici, bióloga conservacionista
La brasileña Medici ha dedicado su vida a preservar la vida y hábitat del tapir sudamericano, el más grande mamífero terrestre de América del Sur. Aunque no es bien conocido, el tapir es importante para su ecosistema como una especie sombrilla: al proteger al tapir también se protege a especies icónicas como pecaríes, jaguares y pumas.
“No siempre es fácil ser mujer en el mundo de la conservación porque requiere un nivel significativo de compromiso para pasar largos periodos en el campo, lejos del hogar y la familia. También requiere fortaleza física y un marco mental adecuado para lidiar con las dificultades de trabajar en la naturaleza”.
9. Lucianne Walkowicz, astrónoma
Walkowicz trabaja con información de la misión Kepler de la NASA, estudiando estrellas que albergan planetas fuera de nuestro sistema solar, y cómo la radiación estelar influencia la vida que podría prosperar en esos mundos.
“Buscar mundos habitables y vida en el universo realmente me hace valorar nuestro planeta. Nuestros retos y oportunidades son únicas y necesitamos las mentes más brillantes para crear el futuro que queremos ver, y eso significa hacer que la ciencia sea abierta y accesible para todos”.
10. Julie Freeman, artista/científica de la computación
Freeman crea esculturas cinéticas, composiciones y animaciones de datos generados por la naturaleza, como el movimiento de un pez cuando nada o el temblor de las alas de las polillas, para hacer un puente de comunicación entre el mundo natural y los humanos.
“Una de las cosas de las que estoy consciente es de la multiplicidad de roles que todos jugamos. Yo soy artista y científica. Nadadora y altavoz. Consultora y empresaria. Tímida y abierta. No creo que ninguno de nosotros represente un solo rol o género”.
11. Michele Koppes, glacióloga
Koppes viaja a los lugares más fríos de la tierra para estudiar los glaciares: cómo se mueven y responden al calentamiento de la atmósfera, océanos y rocas, y cómo esos cambios afectan el paisaje, los recursos acuáticos y la biodiversidad.
“Como mujer, constantemente necesito probar que no soy sólo científicamente capaz, sino también suficientemente resistente en los duros ambientes de mi investigación. Hacer ciencia de la forma adecuada es lidiar con intentos fallidos, y encima de esto, las mujeres deben luchar por legitimar su lugar en la mesa”.
12. Sheila Ochugboju Kaka, viróloga genética
Como niña que creció en la Nigeria rural, a Ochugboju Kaka se le pedía que permaneciera en espacios cerrados para mantenerse a salvo del ambiente salvaje, y eso despertó su curiosidad por las cosas invisibles que podrían matar fácilmente a un niño: bacterias, virus, escorpiones. Esa curiosidad la llevó a ser investigadora postdoctoral en la Universidad de Oxford.
“Es increíble estar entre una mezcla tan diversa de mujeres científicas que en sí mismas ejemplifican el poder de las diferentes perspectivas, habilidades, experiencias y herencia que tiene cualquier otra disciplina. La imagen de la mujer en la ciencia finalmente está cambiando, y qué hermoso cambio que hace”.