Andrés López es un joven de 14 años originario de Ciudad Bolívar, Venezuela, que desde pequeño ha tenido que enfrentarse a las dificultades de la vida. Cuando perdió sus chanclas, o las “cholas” como se le conoce en Venezuela, se vio obligado a caminar descalzo por las calles, porque su familia no tenía el dinero suficiente para comprarle unas.
Sin embargo, el chico no se quedó de brazos cruzados e investigó la manera en que podía hacer sus propias chanclas con materiales reciclados y, al final, lo consiguió, porque confeccionó unas con el caucho de una llanta vieja.
Un chico que no se limita
Andrés vive con su mamá Carla, su hermano y su abuelo en una ciudad al sur de Venezuela, donde, como en muchas partes del país, la economía es bastante difícil debido a los problemas que se viven desde hace mucho tiempo. Pero la situación de Andrés es más grave debido a que su mamá sufre de una anemia extrema, razón por la que no puede trabajar y llevar sustento a su casa.
Cuando Andrés perdió sus chanclas, tuvo que caminar descalzo durante algunos días, pero no dejó que las necesidades económicas lo detuvieran, pues él sabía perfectamente que la única manera de tener otras era si las confeccionaba y por eso tuvo la idea de hacerlas con materiales reciclados.
Supo hacer unas chanclas con materiales reciclados
Pasar mucho tiempo en el taller de carpintería de su abuelo lo ayudó a desarrollar una habilidad artesanal. Con eso, su creatividad e ingenio pudo confeccionar sus primeras sandalias con el caucho de una llanta vieja.
Una vez que las terminó, notó que tenía una gran oportunidad de trabajo para ayudar a su familia, por lo que comenzó a confeccionar más chanclas. Al inicio, sacaba la suela y el hilo del caucho de llantas abandonadas y hacía las ajugas con el tacón de los zapatos de mujer que encontraba en la basura.
Debido al éxito que han tenido sus creaciones, ha podido comprar materiales y herramientas, pero lo mejor de todo es que algunos han sido donados de personas que se han conmovido y se han sentido orgullosas con su esfuerzo y trabajo.
Su empresa está creciendo cada vez más
La pequeña empresa de Andrés está creciendo cada vez más y ahora tiene más variedad de modelos, desde los que tienen una sola tira hasta los diseños más coloridos. En su cuenta de Instagram ya tiene más de 46 mil seguidores y siguen creciendo.
El chico tiene el plan de expandir su negocio para seguir ayudando a su familia y en un futuro convertirse en un jugador de béisbol, porque es una de sus grandes pasiones. Sin duda, Andrés es un chico digno de admirar y el ejemplo de que quien persevera, logra conseguir sus sueños.