Existe un vínculo inquebrantable entre hermanos, especialmente cuando alguno de ellos tiene que enfrentar alguna enfermedad, como Anthony, un joven de 13 años que diariamente lucha en contra de la depresión. De los 7 hermanos que tiene, su pequeña hermana Anabelle, de 5 años, o Belle como la llaman, es con quien comparte una relación más cercana. Ella es la chispa que le inyecta felicidad a su vida. Así que para demostrar la conexión que hay entre ambos, su madre decidió realizar una increíble sesión de fotos al estilo de las princesas de Disney.
La inspiración detrás de esta sesión de fotos se produjo luego de que su madre, una fanática del mundo de Disney y fotógrafa profesional, buscara en línea vestidos de princesa para lucir su más reciente embarazo. Fue entonces cuando Anthony le dijo que le gustaría vestir como un príncipe y planificar una sesión de fotos para Anabelle. El resultado: una princesa encantadora y un príncipe que supera cualquier adversidad.
Así luce la verdadera magia del amor fraternal
La sesión de fotos fue probablemente la cosa más reconfortante que su madre ha enfrentado en la vida como fotógrafa. Anthony se portó como un verdadero príncipe y entre cada toma no paraba de reír.
Para Anthony, su hermana es quien le da motivos para vivir
Por eso bailó con ella, la abrazó y la hizo sentir como una verdadera princesa. Su felicidad es algo que se puede ver fácilmente en cada imagen.
Él es un verdadero príncipe
“Cuando tienes un hijo que lucha contra él mismo día tras día, no hay nada que no harías para verlo sonreír; Belle lo hace sonreír. Él le dio un regalo increíble y a cambio ella lo hizo realmente feliz. Esta sesión cambió la forma en la que Anthony ve la vida”.
Y para Anabelle, este fue el mejor regalo que ha tenido en su vida
“Por poco no podía terminar las fotos debido a las lágrimas de orgullo y felicidad que corrían por mi rostro. Estoy muy orgullosa de mi hijo, su corazón es cálido y está reservado para hacer feliz a su hermana pequeña”.
Esta sesión es totalmente conmovedora…
… Pues demuestra que los niños tienen un alma pura, llena de compasión y amor. Es un hermoso detalle, ¿cierto?