¿Cuáles eran tus deberes cuando eras niño? ¿Quién te ayudaba con las tareas? ¿Qué hacías en tu tiempo libre? Seguramente para estas tres preguntas, en apariencia simples, habrá muchas respuestas. Cuando se trata de los hijos no hay nada escrito; por fortuna (o no, según se vea), estamos inmersos en un mundo globalizado, en el que las exigencias son cada día mayores: ya no basta con ser bueno en matemáticas y español; ahora es necesario dominar por lo menos dos idiomas, ser autodidactas o saber lo mismo de cocina que de astronomía.
En España, esta situación ha generado una “huelga de deberes”, una iniciativa que la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa) ha convocado bajo el lema “En la escuela falta una asignatura: ‘mi tiempo libre”. Se trata de una medida que busca reducir la carga de tareas para que los niños pasen más tiempo con su familia, y que ha generado una fuerte polémica en la comunidad educativa.
Como siempre, habrá quienes estén de acuerdo y quienes se opongan a este tipo de iniciativas. Tal es el caso de Nuria Pérez, madre de dos niñas, para quien la autonomía y el respeto son valores útiles para la vida, y se manifestó en oposición a dicha huelga al publicar una carta que se ha vuelto viral en Internet.
En ella, Pérez agradece que sus padres nunca hayan tenido que levantar el teléfono para preguntar a los papás de sus compañeros cuál era la tarea, y que nunca hayan discutido delante de ella las decisiones que se tomaban en la escuela.
También asegura que el hecho de haberle dado autonomía sirvió para que fuera una persona organizada y responsable en su vida adulta.
“Hoy en día el respeto ya no está de moda. Están de moda el conflicto y la polémica. Aceleramos en seguida, pero lo hacemos saltando el que siempre debería de ser el primer paso: el diálogo”.
“Si considero que mis hijas tienen demasiados deberes pediré una tutoría, o dos, o tres, intentaré entender junto con el profesor lo qué está fallando. Intentaré entender porqué no se consigue avanzar en las horas del cole o porqué es necesaria esa carga semanal. Hablaré con el profesor, formaré equipo. Para mi lo más importante es que en la cabeza de mis hijas no haya bandos, que se sientas protegidas y arropadas por una red de adultos que trabajan por su educación”.
Al final, el argumento principal de esta madre de familia es que los padres no deberían quejarse por la carga laboral de los niños. Para ella, esta ‘sociedad de Kardashians y demás horrores’ estaría mejor si los modelos de sus hijos fueran los profesores y no los absurdos programas de televisión.