“¡Pégame!, pero no me dejes” es una frase que muchas mujeres viven en carne propia en una sociedad que se supone ha evolucionado. Estas víctimas de violencia no solo tienen miedo de poner un alto a sus agresores; también temen estar solas y no quieren darse cuenta que lo que viven, definitivamente no es amor.
En Perú, la agencia Circus Grey Perú desarrolló una campaña social para la organización “Vida Mujer” a través de un libro titulado “No te mueras por mí”.
En menos de una semana llegó a los medios de comunicación, principalmente noticieros, periódicos y sitios web de noticias. Esta acción logró generar conciencia no solo en ese país, sino que rápidamente se compartío en todo el mundo. Incluso el actor Ashton Kutcher compartió el libro en su muro de Facebook.
La publicación incluye cartas y mensajes que dejan en evidencia una de las tres instancias del ciclo de la violencia, la “luna de miel”, que se da cuando el agresor promete no repetir el maltrato e intenta convencer a la mujer que le brinde otra oportunidad y no “aparte” la familia. Luego de justificar la violencia, en un intento de minimizar su repercusión, se muestra irritable y desarrolla pequeños maltratos que solo anteceden a nueva explosión violenta, ya sea física, psicológica o sexual.
El libro lo ejemplifica con dos caras: la primera, de páginas blancas, contiene todas las cartas con mensajes de amor; al dar vuelta el libro, se muestra el falso arrepentimiento de los golpeadores y cómo terminó o continuó cada historia: mujeres muertas, desfiguradas, hijos involucrados y perjudicados a la vez.
“Andrea sufrió un traumatismo craneoencefálico. Su esposo le golpeó la cabeza con una caja de herramientas”.
Enrique Stola, médico psiquiatra feminista, señala que disculpar a un violento es abrir la puerta a la posibilidad de muerte o, como mínimo, de tener por años la vida hipotecada en manos de un machista y atravesada por un gran sufrimiento.
“La pareja de Natalia era una persona insegura y violenta. Después de una fiesta decidió cortarle la cara para prevenir que se fuera con otro”.
Aún queda mucho trabajo por hacer en temas de prevención de violencia de género; la clave es trabajar con las mujeres para que estén preparadas para enfrentar esta situación, y que tomen conciencia de que sus parejas tienen un problema grave y no pueden simplemente dejar de ser violentos, por lo que siempre será mejor no continuar con ese tipo de relaciones.