Existen personas realmente admirables, que ocupan su día a día en realizar buenas obras que contribuyen a vivir en un mundo más humano, pues, sin importar las circunstancias en las que se encuentren, siempre están dispuestos a brindar su ayuda a quienes más lo necesitan.
Tal es el caso del empresario Collen Mashawana, un filántropo de origen africano, que, a través de la fundación que lleva su nombre, ha hecho posibles los sueños de aquellas personas seleccionadas para ser beneficiarias con alguno de sus múltiples proyectos altruistas.
Entre los tantos favorecidos por Mashawana, se encuentra la familia Mgomeni, originaria de Winterveld, Pretoria, en Sudáfrica, ciudad en la que algunos de sus habitantes viven en situaciones realmente precarias.
En el caso de los Mgomeni, una familia conformada por una madre soltera de nueve hijos y siete nietos, que sobreviven con una subvención que apenas les permite comer a diario, pues, lamentablemente, no tienen ingresos debido a la falta de empleo.
Sin embargo, su vida cambió un día, cuando, por invitación de la organización MMC Peggy de Bruin, el Sr. Collen visitó su comunidad. Al conocer la triste historia de los Mgomeni, el filántropo tenía claro que debía hacer algo por estas desafortunadas personas.
La fundación Collen Mashawana se tomó el tiempo para visitar a la familia por primera vez, luego de una invitación de MMC Peggy de Bruin, hace unas semanas. La familia ha estado viviendo en una casa de barro en ruinas, en las condiciones más inhumanas.
Al ser testigos de las terribles circunstancias que esta familia enfrentaba, inmediatamente los trasladamos a una estructura segura temporal. Además, nos comprometimos a construirles un hogar que pueda levantarles el ánimo.
Por si fuera poco, otro patronato, la Fundación Mampeule, se asoció con la Collen Mashawana para llevar a cabo la construcción del nuevo hogar de los Mgomeni. Unidos, no solo conseguirán entregarles un espacio donde puedan vivir con dignidad, sino un sitio que les haga recuperar la esperanza de que pueden salir adelante.
La construcción ha comenzado y se les entregará una nueva casa en las próximas semanas. Esperamos restaurar la dignidad humana, que es un derecho básico para todos.
Podemos imaginar la dicha de esta matriarca ahora que podrá trasladar a su familia a un lugar más cómodo y seguro, con la esperanza de que sea una oportunidad para comenzar de nuevo.
Ojalá que su historia nos inspire a tratar de brindar ayuda a los demás, pues aunque no contemos con las grandes fortunas de los filántropos millonarios, siempre podemos ofrecer algo de lo que tenemos a quienes viven en condiciones más vulnerables.
Además, está comprobado que todo lo que das, tarde o temprano, te será retribuido, por eso, no lo dudes más, aporta tu granito de arena y hagamos de nuestro mundo un mejor lugar para vivir.