Planificar una boda es difícil y para Samantha Preston lo era todavía más, pues estaba librando una gran batalla contra el cáncer.
Por eso las enfermeras del hospital Banner Thunderbird, en Arizona, Estados Unidos, se ofrecieron para organizar su boda y que tuviera su día especial sin preocuparse por los preparativos.
Juntos en la salud y en la enfermedad
En el 2019 Samantha, de 22 años, se despertó con un dolor insoportable en la pierna derecha. Una vez en el hospital, los doctores le dijeron a ella y a su familia que tenía fracturado el fémur. Después de una biopsia confirmaron que tenía osteosarcoma, el tipo más común de cáncer de hueso, por lo que tuvieron que amputarle una pierna y someterla a extensas sesiones de quimioterapia.
En su larga jornada contra la enfermedad, Angel Aguilar, su novio y padre de su hijo Odin, nunca se separó de su lado y estaba realmente comprometido a ayudarla a salir adelante. Su amor fue lo que enterneció al personal y los inspiró a pasar de médicos a planeadores de boda.
Un acto desinteresado
Cuando las enfermeras vieron el anillo de compromiso, supieron que tenían que hacer algo para ayudarla con la carga que significa preparar una fiesta tan importante, pues con las sesiones de quimioterapia no le quedaba mucho tiempo ni energía.
Le dije ‘vas a venir a un largo día de transfusiones el viernes. ¿Por qué no nos dejas hacer tu boda en la clínica?’. Vi una chispa de ilusión en sus ojos y dijo ‘¿en serio?’, así que le contesté ‘¡claro!, lo resolveremos por ti’.
—Amy Mabry, practicante del área de Oncología Pediátrica
La ayuda les cayó del cielo
Las enfermeras no hubieran podido lograr esto sin los refuerzos de Smiles for Miles, una asociación que se dedica a ayudar a niños con cáncer, regalándoles juguetes, planeando días especiales para celebrar y recaudando fondos para apoyarlos con los gastos de sus tratamientos.
Ellos transformaron la salita de reuniones familiares para pacientes en un hermoso recinto para una boda sencilla. Adornaron el lugar con cortinas blancas, tela de tul, velas y luces que parecían estrellas para que ella, Angel y Odin tuvieran una experiencia inolvidable.
No puede creer tanto cariño
La boda de Samantha fue todo lo que había soñado. A pesar de las circunstancias, fue un día que jamás olvidará y por el que estará agradecida siempre.
Simplemente hicieron todo lo posible con las decoraciones y tenían planeado cómo cubrirían mi poste del tratamiento, ocultando la transfusión que me estaban haciendo. ¡Todo fue mágico! Les dije que si no lo hubieran hecho, seguramente yo solo hubiera salido a cenar después de recibir los papeles del juzgado.