Antes de partir todas las personas tenemos el anhelo de la despedida, de dar un último beso o quizá cumplir un último deseo. Ese que nos hace dejar este mundo con la satisfacción de que logramos todo lo que esperábamos cumplir en la vida.
Tal vez lo que recordemos al final no sea el día en que subimos una montaña, o el día en el que visitamos un país extranjero. Cuando nuestro tiempo se haya terminado quizá recordemos lo más simple: la casa en la que crecimos, un día soleado, o los momentos cotidianos que pasamos con las personas que amamos. Sin importar cuál sea el momento, siempre hay personas que desean llevarse los recuerdos más buenos de este mundo.
Mario falleció cuando tenia 54 años, pero antes de que eso ocurriera, él quiso decirle adiós a su jirafa favorita
Mario había trabajado como encargado de mantenimiento del zoológico de Rotterdam, en los Países Bajos, durante más de 25 años. Después de sus turnos, le encantaba ir a visitar y a ayudar a cuidar a los animales, especialmente las jirafas.
Cuando su lucha contra el cáncer cerebral estaba llegando a su fin, lo único que el quería hacer era visitar por última vez el zoológico. Quería decir adiós a sus colegas y tal vez compartir un momento final con alguno de sus amigos animales. Gracias a una increíble organización holandesa llamada Ambulance Wish, Mario consiguió poder hacer su deseo realidad.
La Fundación Ambulance Wish ayuda a personas como Mario para que vivan una experiencia de petición final
En 2006, Kess Veldboer, quien era un conductor de ambulancia en ese momento, estaba moviendo a un paciente de un hospital a otro. El paciente era un hombre con una enfermedad terminal que había pasado los últimos tres meses confinado en una cama de hospital. Durante el trayecto de un hospital a otro, el paciente le dijo a Veldboer que quería ver por última vez el canal de Vlaadingen. Él quería sentarse al sol, sentir el viento y ver por última vez el agua antes de volver al hospital.
Veldboer cumplió el último deseo del paciente, y mientras que las lágrimas de alegría corrían por el rostro del hombre, Veldboer sabía que había hecho lo mejor para llenar de paz a un hombre en sus días finales.
Así nació la Fundación Ambulance Wish
Con sede en los Países Bajos, la organización de Veldboer elimina todos los obstáculos logísticos de transporte de pacientes con enfermedades terminales que necesitan altos niveles de atención, y a menudo de un montón de equipos médicos. La Fundación Ambulance Wish tiene una flota de ambulancias acondicionadas y siempre cuenta con personal médico en caso de que surja alguna emergencia.
Pero, ¿cuál es el mensaje de la Fundación Ambulancia Wish?
Las experiencias positivas de la vida son demasiado importantes como para dejarlas pasar.
Hoy en día la Fundación cuenta con más de 230 voluntarios y se han cumplido cerca de 7 mil deseos.
Aún más hermoso que el trabajo que esta organización hace, son las cosas que piden los pacientes
La Fundación funciona un poco como Make-A-Wish, que se especializa en conceder deseos a niños con enfermedades terminales. Los pequeños desean cualquier tipo de cosas, desde protagonizar un video musical hasta pasar un día como un soldado del ejército, en cambio, los deseos de una persona mayor tienen que ver con experiencias.
¿Cómo le hace Veldeboer para cumplir el sueño de personas mayores que han sufrido tanto?
En el caso de los adultos mayores, los deseos resultan ser pequeñas cosas, como comer un helado por última vez, o mirar unas cuantas horas algo que les parece hermoso
Veldboer cuenta la historia de una mujer que no había estado en su casa durante seis meses. Cuando la llevaron y entró en su sala de estar en una camilla, ella sólo pidió permanecer ahí durante horas, sin hacer nada, mirando a su alrededor, probablemente recordando gratos momentos de su vida.
Otro paciente simplemente quería ver su pintura favorita de nuevo
Y otro sólo quería pasar la tarde viendo cómo jugaban los delfines en el acuario
Una y otra vez los deseos se piden, y cuatro de ellos se cumplen todos los días. Hay algunas personas que quieren ver a sus nietos por última o primera vez, mientras que otros quieren estar de pie en la playa hasta que ya no puedan más.
Resulta que los placeres más simples de la vida son los que pueden tener un mayor significado.
A veces sentimos como si no existiera el tiempo suficiente. Pero desde la perspectiva de estos enfermos, es mejor apreciar lo que tenemos en vez de pasar tanto tiempo pensando en todas las cosas que no hemos hecho todavía.