Emprender un negocio es todo un reto, pero quienes se atreven a intentarlo saben que las recompensas pueden llegar a ser millonarias. Tal es el caso de Ben Francis, quien a sus 19 años dejó su trabajo como repartidor de pizzas para crear Gymshark, una empresa dedicada a la confección y diseño de moda deportiva.
Para empezar su negocio, Ben tuvo el apoyo de su abuela, una fabricante de cortinas, quien le enseñó a coser. Además, invirtió sus últimos ahorros en una pequeña máquina de coser y sus padres le prestaron el garaje de la casa para que pudiera atender a sus clientes de manera personal. Sus pequeños esfuerzos dieron frutos años más tarde.
Ben estudiaba y trabajaba al mismo tiempo, lo que requería un doble esfuerzo de su parte, pero nunca se dio por vencido. Hoy, con 29 años, es copropietario de su propia marca de ropa llamada Gymshark, de la que tiene un 70 por ciento de sus acciones, con un valor de más de 855 400 000 de dólares. A través de su compañía, que ahora tiene su sede en Solihull, Ben emplea a 550 personas y ofrece un producto conocido por su comodidad al ser una vestimenta más fresca, elástica y sin molestas costuras.
El éxito de su empresa es tan grande que ahora es uno de los jóvenes más ricos de Reino Unido.
Parte de este éxito se debe a que sus artículos se venden solo en línea, ahorrándose varios gastos generales y relacionados con la renta de tiendas.
Al final, Ben dejó la universidad y su trabajo en Pizza Hut, pero se concentró al máximo en su empresa, la cual tiene más de 15 millones de seguidores en las redes sociales y vende productos en 131 países alrededor del mundo.