Para cualquier pareja, la experiencia de tener un bebé prematuro resulta difícil por la preocupación de no saber si su pequeño, tan indefenso, podrá vencer su primera batalla en el mundo. Y es que aun con todos esos avances médicos, la impotencia que sienten los padres por no poder brindarle todo su apoyo a una criatura tan pequeña, es enorme.
La historia que te presentamos hoy es la de la bebé Freya, que nació algunas semanas antes de lo previsto. Su madre, Laurie Vinje, estaba realmente preocupada; no obstante, su preocupación desapareció cuando esta angelita hizo algo que los sorprendió a ellos y al mundo: estaba feliz de estar viva, y lo hizo saber con una amplia sonrisa; un poderoso mensaje contra cualquier preocupación.
Laurie posteó la adorable fotografía de Freya a sus 5 días de nacida (pesó 3 libras con 14 onzas), y en cuestión de minutos todo el mundo compartió sus historias con bebés prematuros; historias que inspiraron a otros padres a tener fe y a permanecer fuertes y unidos ante la adversidad, dándoles una razón para sonreír y confiar en que todo estará bien.
Algunas personas creen que Freya estaba sonriendo porque “estaba feliz de estar viva”, otros piensan que la pequeña podía sentir la preocupación de sus padres y quería hacerles saber que estaría bien. En realidad poco importa lo que piensen unos u otros, hay algo en lo que todos estamos de acuerdo: la pequeña tenía una sonrisa aleccionadora, aún sin tener dientes.
“Creía que algunas cosas estaban yendo realmente mal, pero ahora miro hacia atrás y me doy cuenta que todo iba perfecto. Honestamente, es lo mejor que nos pasado: nuestra pequeña es tan feliz y divertida. Cuando vamos de paseo saluda a todos, es la niña más amigable; nos hace recordar la fotografía de cuando tenía cinco días y nos damos cuenta que no ha cambiado, sigue siendo la pequeña de esa foto”.
“Estaba feliz de estar viva, me recordó lo precioso que es la vida”, escribió la madre en la página de Facebook que esta pequeña inspiró: El amor es lo que importa. Y sin duda, lograron algo que jamás imaginaron: dar fuerza a otros padres que se encuentran en situaciones similares.