Aún en estos tiempos, los tatuajes siguen siendo vistos como un tabú en algunos países. Muchas personas, incluyendo madres, emiten juicios sobre las capacidades profesionales e incluso de carácter, simplemente porque se basan en las apariencias, y eso es lamentable. Tenemos que aceptar que las mujeres con tatuajes, cabello de colores y piercings, en realidad no son diferentes de otras madres. Por este motivo, Celia Sánchez ha creado una serie de fotografías con madres modernas que, según la sociedad, pueden no encajar con el estereotipo de ser madre.
Cuando Celia se convirtió en madre a los 23 años, recibió un mensaje doloroso, porque no encajaba en el modelo tradicional de maternidad que veía en las otras madres de la guardería de su hijo. Afortunadamente, esta experiencia la inspiró para crear su poderoso proyecto fotográfico llamado “Devota”.
Esto es “Devota”
En su proyecto, Sánchez pretende romper con los juicios y los estereotipos que como sociedad hemos creado ante la maternidad. Las madres modernas pueden tener tatuajes, piercings, pelo de colores brillantes y ropa que se adapte a su estilo único.
Todo se trata de la lucha contra los prejuicios
La mayoría de las personas hace juicios precipitados y sin fundamento sobre un aspecto físico determinado.
“Yo sé como no lucen una ‘madre típica’, por eso siempre quería fotografiarlas, para demostrar que son fuertes y que no deben ser juzgadas de cierta manera solo por como se ven”.
Durante tres años recolectó imágenes de mujeres similares
Ella se acercó a mujeres que se encontraban en la misma situación que ella, y durante los tres últimos años fotografió a distintas madres, con la esperanza de inspirar a la gente a no juzgar a los demás.
Ser madre no significa sacrificar el estilo personal
“Pensé que sería genial mostrar a las mujeres que no están sacrificando su estilo personal solo porque son madres. Quería tratar de mostrar una imagen diferente a la palabra ‘madre’. Ser madre no significa perderte como mujer. Estas mujeres no lo hacen, ellas no pierden su identidad. Siguen siendo ellas mismas y al mismo tiempo continúan siendo buenas madres”.
Sánchez ha sido duramente juzgada por su aspecto
“He tenido mi parte justa del juicio; los padres de otros niños, administradores de la escuela, compañeros de trabajo y vecinos me han hecho comentarios sarcásticos y fuera de lugar acerca de mi aspecto y mis habilidades para ser buena madre”.
Los millennials no son los únicos que tienen tatuajes
Más de un tercio de la generación X (los nacidos a mediados de 1960 y finales de los años 70 o 80) también tienen tatuajes. Las mujeres con niños que pertenecen a esa generación llevan por lo menos uno o dos. Sin embargo, no pueden mostrarlos en su lugar de trabajo debido a que son rechazadas.
No todas las madres tienen el mismo aspecto
“No todas tienen que tener el mismo aspecto. Lo que tenemos en común es que amamos a nuestros hijos con ferocidad. Los amamos, cuidamos, apoyamos y educamos y eso es algo que debemos de celebrar en cualquier forma posible”.