Para algunos chicos, pagar una cena en un restaurante lindo o dar una caminata al atardecer sería más que suficiente para hacer “esa” pregunta especial, pero no para un chico romántico que desde los 12 años ahorró pensando en ese momento.
Después de una relación de más de tres años a distancia, Levy sabía que Tiffany tendría que sentirse la mujer más especial del mundo cuando le propusiera matrimonio, por lo que pasó más de 17 meses planeando hasta el último detalle de ese día tan importante para él y su chica.
Tiffany creía que iba a California a un evento militar en homenaje a su padre y en su lugar se encontró con un día dedicado totalmente a complacerla en compañía de sus amigas más queridas con champaña, comida y compras, para terminar de la manera más linda.