Muchas veces lo que se expresa no siempre es lo que se entiende, y en un hecho tan penoso y delicado como una violación, el consentimiento sobre el sexo es ignorado y las palabras pueden jugar un papel fundamental, especialmente en los casos en las que el abusador las lleva a otro contexto. A pesar de que la idea generalizada de un violador es la de un individuo que ataca de manera clandestina a una persona desconocida, 4 de cada 5 asaltos son perpetrados por alguien a quien la víctima conoce.
Para reprensentarlo de una forma sencilla, la ilustradora y dibujante Alli Kirkham realizó una serie de 7 viñetas o cómics con las que muestra situaciones cotidianas en las que el consentimiento es visto de una forma muy diferente a la intención original, en un intento de encontrar la metáfora correcta y la combinación de palabras adecuada para que esta problemática sea entendida claramente por todos.