Las mujeres somos capaces de lograr cualquier cosa que nos propongamos, hacemos lo que sea necesario para cumplir nuestras metas y sueños, a pesar de que sean pocos quienes creen en nosotras. Podemos invertir tiempo, energía y dedicación para hacer realidad aquello que nos hace vibrar el alma.
Y aunque a veces cueste un poco de esfuerzo, todo vale completamente la pena, pues la recompensa cuando alcanzamos la meta es enorme; prueba de ello es Zamanzini Philisiwe, una guerrera que ha demostrado que aunque nadar a contracorriente es difícil, todo lo bueno siempre llega a tu vida.
Sus inicios no fueron sencillos
Zamanzini es una chica de 25 años de edad, originaria de Pietermaritzburgo, una importante ciudad sudafricana. Sus padres son jubilados y el dinero que reciben se usa exclusivamente para alimentos y gastos del hogar, por lo que una de sus tías le pagaba sus estudios.
Estudió ingeniería civil en el Umgungundlovu TVET College; sin embargo, en su tercer año de estudios desafortunadamente su tía falleció y esto significaba que ella dejaría de estudiar, además de que también debía dinero a la institución.
Jamás se rindió ni perdió la esperanza
Ha pesar de que todo pintaba para mal jamás se dio por vencida, sabía que había una forma en la que pudiera terminar sus estudios y además conseguir un empleo y comenzar a ejercer la carrera que tanto le gusta.
Fue así como habló con su padre para convencerlo de comprar poco a poco material de construcción, para después ampliar su hogar. Si las personas correctas veían lo que estaba haciendo por sí sola, la contratarían para realizar otros trabajos de albañilería.
¡Construyó su propia casa!
Después de un tiempo de ahorrar y comprar el material, Zamanzini comenzó a trabajar ella sola todos los días para poder continuar con la construcción. Muchos lo veían como imposible o creían que estaba loca, pero no era así, ella tenía un firme propósito y lo estaba logrando.
Tras algunas semanas, al fin su casa estaba terminaba, sus padres y ella tenían más espacio para vivir y lo más importante era que lo había hecho ella misma.
Ahora otras personas querrán que Zamanzini trabaje para ellos, y de esta esta forma podrá ganar dinero, ayudar a su familia y terminar sus estudios.