El mundo actual nos sorprende más con los sucesos de su día a día, y es que entre noticieros y redes sociales nos vemos bombardeados de información que nos preocupa y nos hace perder poco a poco la esperanza en la humanidad, pero en ocasiones hay noticias que nos encogen el corazón y después lo llenan de esperanza.
Y es que entre todas las historias que se hacen virales alrededor del mundo recientemente se hizo muy conocida una que nos deja una gran lección, y nos hace darnos cuenta que todos tenemos la posibilidad de ayudar a otros aunque nuestra aportación pueda ser pequeña.
Todo comenzó como un día normal
El protagonista de la historia es un repartidor de comida que usa como medio de transporte una bicicleta, y trabaja para una de las diferentes aplicaciones que existen para realizar entregas a domicilio en la ciudad de Rosario, Argentina.
El joven se dirigía a un domicilio en específico, y a pesar de haber sido tranquilo el camino, al final del trayecto no lo sería del todo, pues desafortunadamente sufrió un percance muy lamentable.
Tristemente alguien le robó su bicicleta
Cuando el joven esperaba afuera del domicilio para hacer la entrega, un par de extraños se acercaron, le quitaron la bici y después huyeron del lugar; esto sucedió justo cuando la mujer que había realizado el pedido había salido de su casa.
El joven estaba en shock y su rostro denotaba tristeza, pues no solo estaba asustado sino que también había perdido su herramienta de trabajo, y por ende los futuros ingresos económicos para poder llevar dinero a su casa.
Aún hay personas buenas en el mundo
La chica le preguntó qué era lo que sucedía y el repartidor le explicó lo que había pasado, estaba seguro que por ese día esa entrega sería la última; sin embargo, la mujer le pidió que esperaba afuera y regresó al interior de su casa, y una vez que regresó traía consigo su propia bicicleta.
Se la entregó como un obsequio, pues bien sabía que él necesitaba trabajar, además de que no había sido su responsabilidad que le hubieran robado. El joven la abrazó y le agradeció por tan noble gesto.
Tras el asalto que sufrió el chico algunas personas se encontraban en la calle, por lo que pudieron grabar el momento en que la clienta le regalaba su nueva bicicleta. No cabe duda que aún existen personas que se preocupan por las demás, y es que al final del día nos damos cuenta que los buenos somos más.