Lupita, originaria de la comunidad indígena Vicente Guerrero, en Chiapas, México, es la mayor de cinco hermanos, no asistió a la escuela porque sus padres lo consideraban una “pérdida de tiempo”. La necesidad de alimento y vivienda la llevó a ser una de las cinco fundadoras del Mercado 5 de Mayo en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, pero no a perder su sueño: ir a la escuela.
Ahora, a sus 96 años de edad y luego de una vida de arduo trabajo, decidió retomar sus estudios para aprender a leer y escribir, y con ello obtuvo certificaciones a nivel primaria y secundaria, demostrando que todo es posible cuando se desea de corazón.
Es de admirar que, en comparación con muchos jóvenes, Lupita ama los estudios y ya se prepara para cursar el nivel bachillerato o preparatoria.
Lupita realizó sus estudios en el Instituto Chiapaneco de Educación para Jóvenes y Adultos. Su principal motivación viene de la superación personal y la curiosidad de entender el significado de las palabras que veía plasmadas en anuncios, volantes o libros.
Ahí buscaba cualquier cosita, mirando si lo podía descifrar. En seis meses saqué mi secundaria, todo eso a mí me ha motivado a querer saber, leer, escribir y servir.
Usa gafas y sus manos tiemblan al escribir, pero Lupita es un ejemplo de fortaleza y dedicación que todos deberíamos seguir.