La pandemia por Covid-19 provoca grandes cambios en nuestra rutina diaria. Los estudiantes son quienes más cambios han tenido en su cotidianidad, desde no convivir con sus compañeros hasta adaptarse a una nueva forma de estudio detrás de un monitor y teniendo que poner todo su esfuerzo para comprender los diversos temas que sus maestros tratan de enseñarles de esta manera.
Lamentablemente, no todos los estudiantes tienen las mismas facilidades para continuar con sus estudios, pues algunos no tienen acceso a una tablet, computadora, servicios de internet o televisor, y esto lo sabe María Cabello, una profesora que cada semana camina varios kilómetros para llevar casa por casa las actividades a sus alumnos, y así ayudarles a no perder el ciclo escolar.
Es momento de apoyarnos
María Caballero es docente de la comunidad Maciel, en Santa Fe, Argentina, y cada semana recorre 10 kilómetros para entregar a sus alumnos material de trabajo como ejercicios, tareas y libros, debido a que sus pequeños no pueden darse el lujo de tener una clase virtual o por televisión.
Como no hay clases y los chicos no tienen internet ni teléfonos, se me ocurrió dejarles la tarea colgada en bolsitas en las tranqueras. Cuando pasa una semana voy y las retiro con los deberes hechos. Hablamos a la distancia: ellos me preguntan lo que no entendieron y nos quedamos charlando un ratito. Ellos me extrañan y yo a ellos.
¡Más maestros así, por favor!
La profesora realiza la entrega de tareas con todas las medidas de sanidad posible. Además, en cada paquete entrega los insumos necesarios como colores, pegamento, fieltro, etcétera, para que sus alumnos no tengan que salir de casa en ningún momento.
Esta semana les llevé tijeras, papeles de colores y pegamento porque tenían que hacer manualidades. Es importante que los chicos tengan creatividad y se entretengan en estos días.
María es prueba de que la vocación no se adquiere en la escuela sino que se lleva en el corazón, y de que todos merecemos una oportunidad para salir adelante.