Los verdaderos héroes de esta pandemia son todos aquellos que no se quedaron de brazos cruzados y buscaron nuevos métodos para salvar vidas, alimentar a quien más lo necesita y, por supuesto, para continuar llevando el conocimiento y la educación a otros.
Gerardo Ixcoy es un profesor de Guatemala que se ha convertido en un modelo a seguir para sus alumnos y también para algunos catedráticos, pues prefirió tomar un triciclo y adaptarlo para poder visitar a sus alumnos, y así continuar dando clases a quienes no pueden acceder a los sistemas en línea.
Recorre kilómetros para compartir su conocimiento
Todos los días Gerardo, que también es conocido como “El Profe Lalito”, recorre varios kilómetros en su triciclo para que sus alumnos de bajos recursos, que no pueden acceder a las clases por internet, puedan continuar con su formación académica.
El triciclo, que él mismo adaptó, tiene una pequeña cabina con un pizarrón en la que les explica las diferentes asignaturas. Lo diseñó así para que los niños puedan aprender y al mismo tiempo sentirse protegidos guardando las medidas de sana distancia necesarias para no contagiarse.
No todos los maestros tienen este nivel de compromiso
Si bien es cierto que algunos maestros han presentado dificultades para adaptarse a las clases por internet, también es bien sabido que muchos eligieron resguardarse en sus hogares, como el resto del mundo, sin tomar en cuenta que no todos sus alumnos pueden tener las mismas posibilidades económicas para continuar con sus clases.
El nivel de compromiso de Gerardo es diferente, él desea que todos aprendan aunque eso signifique arriesgar su propia salud al recorrer tantos kilómetros tocando casa por casa.
Por la necesidad que tienen mis chicos al no contar con herramientas tecnológicas, de no contar con internet, me preocupé bastante porque cuando suspendieron las clases no vi la respuesta de la mitad de mi clase a las tareas que estaban enviando. Tenía miedo a que hubiera una deserción escolar y todavía tengo miedo a que haya una deserción escolar.
Los padres de familia están agradecidos con él
Además de las clases, este profesor también trata de darle a los niños un momento de esparcimiento. Ante ello, los padres se sienten muy agradecidos con él, y a medida de que sus posibilidades se los permiten, tratan de ofrecerle comida y bebida para que pueda continuar con su labor de enseñanza.
En su ciudad ya lo consideran un héroe, y no es para menos, pues Gerardo imprime una gran cantidad e pasión a su trabajo. Sin duda, merece un enorme reconocimiento, pues está cambiando el mundo de sus alumnos al ofrecerles tantas posibilidades de aprendizaje.