El amor que existe entre madre e hijo es inquebrantable, no hay poder humano que acabe con él pues es capaz de hacerle frente a cualquier adversidad por imposible que parezca.
Así sucedió con Antonio y Jeane, quienes después de casi tres décadas al fin pudieron reencontrarse y disfrutar de su compañía, pues ni siquiera el tiempo borró el gran amor que existe entre ellos.
Se extravió siendo un niño
Antonio Carlos da Silva vive en Ceará, Brasil y cuando tenía seis años salió de casa huyendo de los maltratos de su padre, pero lo que parecía una escapada de algunas horas se convirtió en una desaparición de 27 años. Su madre, Jeane da Silva, lo buscó durante mucho tiempo, pero jamás tuvo suerte.
El joven de ahora 35 años dice que recuerda haberse subido a un autobús mientras huía de su padre, pero en el camino se quedó dormido y cuando despertó no sabía en dónde estaba.
Vivió en un hogar de acogida
Cuando llegó a Caerá vivió un tiempo en la calle hasta que lo rescataron y lo llevaron a un albergue de niños abandonados. Él siempre quiso regresar a casa, pero no recordaba el nombre de su madre, alguna dirección o número telefónico, lo que impidió que pudiera estar con su familia.
Tenía la intención de reencontrarse con su familia
Carlos recibió educación en su hogar de acogida y a pesar de que conoció a más niños en la misma situación que él, era consiente que tenía una familia y que pronto la encontraría. Con el paso de los años se convirtió en chofer y un día decidió que era momento de buscar a su madre, por lo que publicó una nota en el periódico en la que se aprecia una foto de él cuando tenía entre ocho o nueve años y otra de como se ve ahora.
Estoy buscando a mi mamá.
Yo en 1996. Yo en 2020.
Mi nombre es Antonio Carlos da Silva.
El nombre de mi madre es Jeane o Geane da Silva. El nombre de mi hermano es Diego. El nombre de mi tío es Nino, es artesano.
Nací más o menos en 1988 en la ciudad de Juazeiro do Norte o en las ciudades cercanas a Juazeiro.
Me perdí cuando tenía seis años, pues tomé un autobús que me llevó a la ciudad de Fortaleza, donde vivo hoy.
Estaré eternamente agradecido con cualquiera que pueda ayudarme a encontrar a mi familia biológica.
-Nota del periódico
No tardó mucho en encontrar a su familia
Su tío Nino vio la nota en el periódico e inmediatamente le informó a su hermana que había visto una foto de su hijo y que él la buscaba. Fue así como la familia se trasladó a Caerá para encontrarse con Carlos. Cuando él y su madre se volvieron a ver, se abrazaron, ya que no necesitaban pruebas de ADN, pues sabían que eran familia y que llevaban buscándose durante muchos años.
Carlos recuperó a su familia y aunque pasaron muchos años desde que los dejó de ver, sabe bien que aún tienen mucho que vivir y compartir juntos.