Cuando dos personas que ya tienen hijos de parejas anteriores unen sus vidas, la dinámica familiar puede ser complicada pues todos se tienen que acoplar a los demás para vivir en armonía.
Para la escritora Rachel Sobel es muy simple: no existen dos familias separadas sino una sola que se ha fundido. Por eso está cansada de que algunas personas se refieran a sus hijas como “medias hermanas” solo por ser de padres diferentes. Harta de esta situación, escribió una carta para hacer entender a la gente que sus hijas son hermanas, que se aman y no pueden vivir la una sin la otra.
El divorcio y mezclar dos familias viene con un nuevo nivel de incomodidad. Es una dinámica confusa e incomprensible para quienes no la viven. Algunas personas son amables, otras son horribles y otras son metiches. Soy adulta y puedo manejarlo. Lo he soportado por años. Pero no voy a tolerar cuando alguien hace que mis hijas se sientan mal sobre nuestra dinámica. Hay personas que todo el tiempo quieren etiquetar la relación entre mis niñas.
Verán, después de mi divorcio me volví a casar y tuve otra hija. Comparto la custodia de mi hija mayor con su padre y a veces se queda con él, pero mis hijas son tan unidas que se adoran tal como si pasaran todo el día juntas. La diferencia de ocho años entre ambas me preocupaba la principio, pero se trataba de mis propias inseguridades y neurosis. Son las mejores hermanas y se aman al igual que yo las amo. Como sea, hay gente que cree necesario recordarle a mi hija mayor que la bebé es su ‘media hermana’. Aunque ese término sea el correcto para referirse al parentesco, cambia el sentido de su relación. Incluso se siente despectivo.
Cada vez que la expresión ‘media hermana’ emana de la boca de alguien, mi hija mayor se molesta. Me pregunta por qué la gente sigue diciendo eso y qué es lo que quieren decir; entonces ella trata de averiguar cómo debería sentirse acerca de su hermana. Es molesto, exasperante y, francamente, malvado. ¿Por qué sienten que pueden venir y poner en duda la conexión de las personas?
Nosotros no utilizamos el término ‘media hermana’ porque mis niñas no son la mitad de nada. Son hermanas completas que se aman con todo el corazón. Juegan, pelean y se quieren como hermanas. Claro que no tienen el mismo papá, pero eso no está bajo su control y tampoco tiene peso en su relación. Asumieron el papel de hermanas naturalmente así que, ¿por qué a los demás se les dificulta tanto aceptarlo?
Mis hijas son hermanas. Punto. No necesitan personas que todo el tiempo estén señalando las complejidades de su genética. Madres como yo trabajamos duro todos los días para facilitar relaciones sanas y fuertes entre nuestras familias. Así que cuando otros tratan de quebrantar eso están menospreciando las circunstancias en que nuestros hijos vinieron al mundo. Así que, por favor, piensen dos veces antes de decir algo sobre la dinámica de otras personas, porque al final del día somos una familia normal, como la tuya.