Uno de los sectores laborales que durante el 2020 ha demostrado no solo el amor a su vocación, sino el enorme compromiso que tiene con cada uno de los ciudadanos, son los médicos, enfermeras y demás personal hospitalario, quienes a pesar del riesgo que corren al salir cada día durante la contingencia sanitaria a causa del Covid-19, continúan laborando y ayudando a quienes lo necesitan.
Y aunque hay momentos que para ellos parecen no tener fin, los últimos días de agosto los médicos del Lake Charles Memorial Hospital, en Louisiana, Estado Unidos, se vieron con el compromiso de quedarse en las instalaciones de la clínica durante el paso de “Laura”, uno de los huracanes más fuertes de este año.
Fueron días muy difíciles
Los médicos del Lake Charles Memorial Hospital supieron que debían continuar al cuidado de los pacientes que tuvieron, y aunque muchos pudieron ser trasladados a otras clínicas, lamentablemente para los bebés que se encontraban en cuidados neonatales les fue imposible, pues corrían muchos riesgos a los que no debían ser expuestos.
La ciudad de Lake Charles se encontraba fuertemente amenazada por “Laura”, que se dirigía hacia allá y que lamentablemente recibió lo peor de la tormenta, con ráfagas de viento de más de 200 kilómetros por hora, y aunque todo pronosticaba lo peor, afortunadamente no fue así.
Demostraron ser unos guerreros
Cuando las condiciones climáticas aún no empeoraban, durante el día lo que hicieron fue trasladar a los 19 recién nacidos en el Lake Charles Memorial Hospital For Women hasta la clínica principal en menos de dos horas, debido a que se había pronosticado que el hospital materno podría inundarse.
A los padres se les pidió retirarse y confiar en los médicos y enfermeras para el cuidado de los bebés, pues entre menos personas hubiera en el lugar más seguros se encontrarían y sería más simple manejar la situación. De igual forma, se le pidió a gran parte del personal irse a casa; sin embargo, algunos se negaron, por lo que al final quedaron al cuidado de los pequeños 14 enfermeras, dos enfermeras neonatales y tres terapeutas respiratorios.
Lograron algo casi imposible
A pesar de que “Laura” causó un gran impacto en las instalaciones del hospital y que durante la noche falló el servicio de agua potable, los médicos y enfermeras lograron mantener a salvo a los pequeños; se turnaban para descansar un poco y continuar sus guardias más tarde.
Después del paso del huracán, Alesha Alford, vicepresidenta y administradora del Lake Charles Memorial Hospital informó que su personal había hecho un excelente trabajo a pesar de las dificultades a las que se enfrentaron, y los padres de los pequeños agradecieron infinitamente.
Es importante conocer la dedicación de todas las enfermeras y terapeutas respiratorios para seguir cuidando a los bebés cuando ni siquiera conocen el estado de sus hogares. En un pueblo pequeño como este, la gente tiene que trabajar unida. Estoy orgulloso de ellos.
—Juan Bossano, médico del Lake Charles Memorial Hospital