Laurin Bank desafió todo diagnóstico para casarse con Michael Bank, el amor de su vida. El cáncer no le impidió celebrar su boda.
En septiembre de 2014, cuando tenía 26 años, Laurin fue diagnosticada con cáncer de mama en etapa dos y debió someterse a quimioterapia, radiación y una doble masectomía antes de ser declarada libre de cáncer en abril de 2015.
Le dijo adiós al miedo de mostrarse tal como era y encontró el amor
La pareja se conoció por medio de una página de citas en internet mientras ella se encontraba en medio de su batalla contra el cáncer. Entre su última quimioterapia y la inminente masectomía se dio un regalo a sí misma: una sesión de fotos mostrándose sin cabellera y con unos grandes guantes rosas. Decidió que esta sería su foto de perfil en el sitio de citas:
Cuando me vieran en persona se darían cuenta de que soy una chica calva, así que solo quise ser abierta y honesta para decir: ‘¡oye, esta soy yo!’
Michael vio más allá de la enfermedad y le atrajo la radiante sonrisa de Laurin. Después de los primeros mensajes hablaron por teléfono durante horas y acordaron ir por un café al día siguiente.
Pero la enfermedad regresó
Michael le propuso matrimonio en junio del 2017, pero lamentablemente la enfermedad regresó en agosto de ese mismo año y esta vez en etapa cuatro: había hecho metástasis en sus huesos, hígado y pulmones.
Miré a Mike y le pregunté: ‘¿aún quieres casarte conmigo?’, y él me dijo: ‘¡claro! Yo te lo pedí y no voy a cambiar de parecer’
Pero los doctores trataron de disuadirla para adelantar el día de su boda argumentando que podría necesitar oxígeno, que sería incapaz de caminar por cuenta propia al altar o, en el peor panorama de todos, que no sobreviviría.
Una fecha especial a la que no iban a renunciar
Eligieron el 24 de marzo para casarse pues se trataba del aniversario del día en que se conocieron, por eso les parecía impensable ceder.
Esa fecha era especial para nosotros. Sentimos que cambiarla era renunciar por el cáncer y dejarlo controlar nuestras vidas. No queríamos rendirnos. Ese era nuestro objetivo.
Para los enamorados no había vuelta de hoja y decidieron arriesgarse confiando en el destino y dedicando sus días a amarse y a disfrutar la vida sin importar lo que ella les deparara.
Juntos, en la salud y en la enfermedad
Lo que para muchos se trataba de un milagro para ellos se convirtió en el día más feliz de su vida y, de acuerdo con lo planeado, contrajeron nupcias en su aniversario.
Mike y yo logramos llevar a cabo nuestra boda de ensueño y todo salió de maravilla. Él es mi esposo, mi mejor amigo y mi alma gemela. Pude bailar toda la noche, no necesité silla de ruedas ni oxígeno. ¡Lo hice!
Vivió al máximo cada uno de sus días
A pesar de continuar en tratamiento, los meses siguientes a su boda Laurin y Michael se dedicaron a viajar alrededor del mundo y compartieron sus aventuras en su página de Facebook, pero el 24 de octubre ella falleció en casa de su tía rodeada de sus seres queridos.
Fue despedida tal y como ella quiso: sus cenizas fueron esparcidas en el mar, un lugar que -de acuerdo con su esposo- la hacía sentir verdaderamente feliz y relajada.
Ella me enseñó cómo amar. Yo no creía en el amor incondicional hasta que conocí a Laurin.