Existen personas que tienen mucho miedo a la soledad, por eso inmediatamente después de terminar una relación corren a los brazos de otra. Curiosamente, rápido se dan cuenta de que esta nueva pareja es igual a la anterior. La inmadurez hace que la relación fracase, entonces nuevamente recurren a la misma alternativa: buscar una nueva pareja… y así sucesivamente. Atraen siempre al mismo tipo de personas y no comprenden qué es lo que están haciendo mal.
Cuando pasas tu tiempo en pareja, aprendes a satisfacer las necesidades de otras personas antes que las tuyas y pronto descubres frente al espejo a una mujer con mil máscaras, frustrada y desesperada. Realmente no sabes qué es lo que quieres, pero sigues buscando soluciones o alternativas para hacer que tu relación funcione.
La realidad es que no te conoces a ti misma, no sabes qué es lo que realmente esperas o necesitas. Para poder tener una relación sana lo primero que debes hacer es dejar de intentar ser lo que otros quieren o esperan de ti. Debes aprender valorarte, a quererte, y la mejor alternativa para lograr eso es pasar un tiempo a solas.
Estar soltera no significa que seas una perdedora, sino que realmente entiendes el valor de tu compañía; comienzas un trabajo exhaustivo tratando de encontrarte detrás de toda la masa de problemas que te han traído otros individuos. No tienes por qué hacer lo que los demás esperan de ti, sino darte gusto a ti misma.
Recuerda que estar soltera no significa estar sola, puedes salir a divertirte con tus amigos, conocer gente, hacer distintas actividades, aprender cosas nuevas que siempre has querido intentar; retarte a cumplir propósitos y superar miedos. Estar soltera significa más tiempo para ti, para tu familia, para realizarte como mujer.
Basta de tratar de encajar en los estereotipos de las mujeres, donde tienes que casarte pronto y tener hijos. Es momento de amarte a ti primero y lo demás vendrá solo. Intenta cosas nuevas, baila, ríe, viaja… Cada experiencia irá enseñándote quién eres y qué es lo que realmente necesitas, para después lanzarte por ello con los brazos abiertos.
No intentes llenar un vacío, date cuenta de que otra persona jamás podrá complementarte; tú ya eres una mujer entera, con defectos y virtudes, y vales la pena exactamente así como estás. Alejarte un tiempo de las relaciones también te va a enseñar a superar pruebas y obstáculos para que cuando llegue el momento y encuentres a esa otra persona que merece estar en tu vida, tú la recibas dispuesta a iniciar una historia de amor como la que siempre anhelaste.
Haz las paces contigo, respétate, comprométete y descubre lo maravilloso que hay en pasar tiempo en soledad. Si no puedes estar contigo misma, ¿cómo esperas que otras personas quieran hacerlo? Es momento de liberarte de los prejuicios.
No será tan sencillo al principio ni esperes que todo ocurra como por arte de magia; entiende que es un proceso que has dejado de lado por mucho tiempo y habrá muchas cosas que tendrás que perdonarte y aceptar de ti y tu carácter, pero una vez que lo hagas valdrá la pena, y entonces jamás volverás a permitir que entre a tu vida otro hombre que no te aprecie.
Recuerda que mientras más tiempo pases contigo misma, mejor será tu próxima relación, y el éxito que tanto has deseado será tu recompensa. Porque ya no podrán hacerte daño, porque ahora sabrás qué es lo que quieres y eso es exactamente lo que vas a obtener.