Cuando Anja Ringgren Loven conoció a un pequeño niño a principios del año, éste se encontraba en un estado de desnutrición extrema y al borde de la muerte. La joven danesa colaboraba al frente de la ONG African Children’s Aid Education and Development Foundation cuando lo vio deambulando completamente desnudo por las calles de Nigeria.
Una emotiva imagen fue difundida de inmediato en las redes sociales. En ella aparecía la danesa dando a ‘Hope’, nombre con el que el pequeño fue bautizado, un poco agua para después llevarlo de inmediato al hospital. Ahí le quitaron los parásitos del estómago, le realizaron transfusiones diarias y le dieron una dieta especial para estabilizar su salud.
No esperaba la razón por la cual Hope se encontraba en ese estado
Contrario a lo que todo el equipo de la ONG creyó cuando encontraron a Hope, el pequeño no estaba famélico porque estuviera perdido o viviera en la pobreza extrema.
Sus padres lo rechazaron y abandonaron
Estaban convencidos de que Hope era un brujo. “Miles de niños acusados de brujería son torturados, amenazados y asesinados en Africa”, aseguró Ringgren.
La ONG pidió ayuda para Hope
Y la generosidad de quienes conocieron la historia fue asombrosa. Dos días después, habían recibido un millón de dólares en donaciones alrededor del mundo.
Un gesto generoso puede transformar vidas
Además de dar un mejor tratamiento a Hope, Ringgren y su equipo planean construir con lo recaudado una clínica para ayudar a más niños en situación de abandono y tortura.
El poder de la esperanza
A partir de su encuentro, Hope se encuentra estable y ha respondido favorablemente a la medicación. “Ahora puede sentarse y sonreír. Es un chico fuerte”, finalizó Ringgren.