Ya se va acercando el día para festejar a mamá y regresarle un pedacito de todo lo que nos ha dado porque siempre ha sido nuestro más grande apoyo. Si bien cada día es una oportunidad para agradecerle y llenarla de apapachos, no podemos dejar pasar el 10 de mayo.
Y es que cuando llegamos a esos momentos cruciales en la vida sabemos que estará ahí tomándonos de la mano, ya sea que se trate de un logro o un obstáculo, que seamos pequeñas o todas unas adultas independientes. ¡Mamá jamás nos dejará caer! Por eso se merece que la festejemos a lo grande, porque es un placer tenerla en nuestra vida.
1. Cuando entramos a la escuela
Mamá es la persona con quien tenemos la conexión más fuerte, así que empezar la escuela y separarnos de ella fue todo un reto para ambas. Sin embargo, desde el primer día nos ha impulsado a resolver los retos que se nos presentan a diario: si teníamos dificultades para leer, ella se sentaba a deletrear con nosotras; si no le entendíamos a las matemáticas, nos explicaba con toda la paciencia del mundo. Tal vez no lo recuerdes, pero siempre estuvo alentándote a conquistar cada desafío y por eso no puedes dejar pasar esta gran oportunidad para festejarla.
2. Cuando peleábamos con nuestras amigas
La amistad es de las cosas más importantes en la vida pero, como con cualquier otra relación, no todo es miel sobre hojuelas, y a veces hay malentendidos que ocasionan distanciamiento o, incluso, peleas. Hoy somos lo suficientemente maduras para lidiar con ello, pero cuando éramos más jóvenes, mamá nos dejaba desahogarnos con ella, y sus consejos nos hacían ver la situación desde otra perspectiva. Por eso como mamá, como pañuelo de lágrimas y como consejera hay que celebrarla como es debido.
3. La primera vez que nos rompieron el corazón
Cómo olvidar a nuestro primer amor, esas mariposas en el estómago o cuando nos arreglamos para esa cita tan esperada. Tristemente esos bellos recuerdos de la adolescencia no terminaron como en los cuentos de hadas y, así como ese primer amor nos marcó, el dolor de la decepción amorosa nos pareció insoportable en ese momento. Afortunadamente mamá nos acompañó, consintiéndonos y haciéndonos ver que la tristeza no sería eterna. Gracias a ella y a sus abrazos ¡volvimos a creer en el amor de pareja! Pero lo más importante es que nos reafirmó el amor que ella siente por nosotras.
4. Cuando reprobamos un examen importante
Por muy buenas alumnas que fuéramos, nadie se salvó de reprobar algún examen o trabajo importante, pero los fracasos es mejor tomarlos como oportunidades para aprender. Además,mamá estuvo a nuestro lado, haciéndonos ver que nos estábamos ahogando en un vaso de agua, y que lo que realmente importaba era que aprendiéramos de los errores y siguiéramos adelante. ¡Gracias a mamá, hoy somos imparables!
5. Cuando no encontrábamos trabajo
Bien dicen que el tiempo vuela y cada año esto se hace más evidente. Un día simplemente despertamos, ¡y ya no éramos estudiantes! Así, nos topamos con nuevos obstáculos y uno de ellos fue la búsqueda de trabajo. Seguramente fueron meses de estar intentándolo, de llevar currículums a todos lados y buscar puestos vacantes incansablemente. Lo bueno de todo es que mamá nunca nos dejó caer ni darnos por vencidas. Y bueno, ahora que tenemos trabajo hay que tratarlas como a unas reinas y celebrarlas cada día como se merecen.
¡Nos toca consentirlas!
Tener una mamá que ha estado a nuestro lado en cada etapa de la vida, dándonos sabiduría, consejos y muchos apapachos es algo que no debemos dar por sentado, pues gracias a ellas, su esfuerzo y su amor es que nos convertimos en las mujeres que somos hoy. Por ello, lo mejor que podemos hacer ahora es cuidarlas, quererlas y nunca dejar de demostrarles que son nuestro mundo entero. Hay muchas maneras de hacer esto, pero te aseguramos que la más sencilla es la que tu mami más valorará: simplemente pasando tiempo de calidad con ella.
¡A disfrutar con mamá!
Todo lo que somos se lo debemos a mamá, así que no dudes en consentirla. Hazle algo rico de comer, cómprale su perfume favorito, llévala a un restaurante, de paseo, ¡en fin! Lo importante es que la hagas sentir muy apreciada y que nunca la dejes sola. Seguramente la harás muy feliz si simplemente llegas a su casa, abren una cerveza y platican sobre lo lejos que las ha llevado la vida.
https://youtu.be/thlMs2lZJbU
Sabemos que la comida une, pero la bebida también puede hacerlo, y si nunca te has sentado con tu mami a disfrutar de una cerveza bien fría, ¡no sabes de lo que te pierdes! Puede que su relación haya pasado por altibajos, esto es totalmente normal, pero siempre valdrá la pena que luches por tener una buena relación con la persona que te trajo al mundo, y no hay nada más reparador que compartir la mejor cerveza con la mujer que más nos ama.