Las fiestas decembrinas son un momento para disfrutar con nuestras familias y amigos, pues seamos sinceros, no hay nada como recibir un nuevo año rodeado de las personas que más queremos, brindando por un año próspero y lleno de felicidad.
Sin embargo, también es una época para recordar a aquellos que ya no están con nosotros, lo que puede tornar estas fiestas en un momento muy melancólico. Pero es posible honrar la memoria de nuestros seres queridos al idear nuevas tradiciones que nos harán sentir más cercanos a ellos.
Una historia muy conmovedora
En Año Nuevo, se hizo viral la fotografía de dos mujeres sentadas en sencillas sillas de plástico, en una esquina en plena vía pública. En la imagen se alcanza a apreciar que las mujeres están brindando, por lo que esta llamó la atención de las personas. Aunque pueda parecer extraño que alguien optara por recibir el 01 de enero de esa manera, hay una historia muy conmovedora detrás de esta tradición.
Hace 22 años, Cecilia Centurión perdió a su hijo, Laureano José, en un lamentable accidente de tránsito cuando este tenía apenas 19 años. El dolor de perder a un hijo es algo que no se puede describir y nunca se supera del todo. Cecilia, de 79 años, recuerda a su hijo con mucho cariño y desde que falleció, lo honra cada año al pasar las fiestas decembrinas sentada frente a la esquina en la que ocurrió el accidente. Por si fuera poco, también adorna el árbol contra el que su hijo chocó.
El amor de una madre
Cada año, Cecilia va al lugar del accidente y brinda por su hijo. Además, prende una veladora y reza. Después, regresa a casa a cenar con el resto de la familia. Es una tradición que, afirma, continuará llevando a cabo durante toda su vida.
El 24 y el 31 de cada año lo pasaré ahí. A Laureano le gustaban muchísimo la Navidad y el Año Nuevo. Cuando vivía, él traía todo para adornar la casa.
Respecto a las reacciones de burla que llega a obtener, ya que hay quien se toma estas fotos a manera de chiste, lo único que ella tiene para decir es que nadie que no haya perdido a un hijo entiende su dolor y, por lo tanto, no pueden dimensionar lo que esta tradición significa para ella.
Puede morirse tu mamá, tu papá, tu hermano, tu marido… pero la muerte de un hijo, no se repone jamás.