La vida no siempre es como la planeamos, y hay ocasiones en la que nos toca perder todo para comenzar desde cero y reconstruirnos a nosotros mismos. Así lo hizo Eunice Otieng, una madre de familia que perdió su antiguo hogar por deudas y que también fue engañada por su esposo.
Eunice se enfrentó a diversos retos para salir adelante junto a sus hijos y fortalecer su corazón al mismo tiempo. Su esfuerzo fue tan grande que logró construir su propia casa y ahora vive la vida que tanto anheló.
Eunice tenía una vida tranquila, un hogar en el cual refugiarse y el amor de su pareja, pero un día todo cambió. Perdió su casa por deudas y su esposo la engañó, dejándola sola con su única hija. Esto la llevó a vivir diversos retos para sostenerse a ella y a su pequeña.
Se vio sola, sin casa, sin apoyo y con el corazón roto, pero lejos de sumirse en su tristeza, tomó todo su dolor y lo transformó en fuerzas para construir con sus propias manos un nuevo hogar en el que pudiera pasar los días junto a su hija. Ella ya trabajaba como enfermera. Sin embargo, sus ganancias no eran las suficientes, por lo que tuvo que comenzar con un segundo empleo trasladando a pasajeros con su moto. Con el dinero recabado, comenzó a construir su casa en un terreno que su mare previamente le había cedido.
Decidí que trabajaría duro para que mi hija tuviera lo mejor. Creo que estaba trabajando duro, con mucha ira, para cambiar mi vida. Por eso pude terminar la casa.
Su trabajo rindió frutos y después de algunos meses, consiguió lo que tanto deseaba: un nuevo hogar. Su historia llegó a redes por compañeros de trabajo que no dudaron en mostrarle su admiración y respeto.
Eunice se siente orgullosa de sí misma, de sus logros y esfuerzo. Además, es un ejemplo a seguir para su hija, quien la ha visto renacer desde las cenizas, demostrándole que todo es posible mientras se trabaje en ello.