Steven supo que era el momento perfecto para pedirle matrimonio a Kenesha: estaban en unas vacaciones de ensueño en la isla de Pemba, en la costa de Tanzania; se hospedaban en una cabaña de madera en medio del mar, alejados de cualquier influencia externa.
Mientras Kenesha Antoine permanecía en la habitación que la cabaña tiene sumergida bajo el agua para que los huéspedes disfruten la vista submarina, Steven Weber se introdujo en el océano para acercarse por una de las ventanas y mostrarle a su novia la propuesta de matrimonio y el anillo… pero después de haberlo hecho, no salió del agua.
La manera más original de pedirle que se casara con él
Weber vio en la fascinante habitación submarina la oportunidad de hacer su propuesta de la manera más original, así que llevó su mensaje en una bolsa transparente y lo acercó para que su novia lo viera por el otro lado del cristal:
No puedo contener la respiración lo suficiente como para contarte todo lo que amo de ti. Pero… todo lo que amo de ti lo amo más cada día. ¿Podrías por favor ser mi esposa? ¿Te casarías conmigo?
Todo quedó grabado
Kenesha grabó con su teléfono la romántica propuesta, cuando él le mostró el mensaje e incluso cuando sacó de su bolsillo el anillo y se lo enseñó. Luego lo vio retirarse de la ventana apurado.
Una tragedia inexplicable
Hasta el momento no se conocen las condiciones particulares que generaron el ahogamiento del joven norteamericano, pero después de hacer su propuesta no emergió del agua. El hotel Manta Resort confirmó su deceso y la conmoción que causó.
Regresar a Steven a su país
A causa de los costos que representa trasladar el cuerpo de Steven a Estados Unidos, así como todos los trámites que ello implica, su familia inició una campaña en Go Fund Me esperando reunir 25 mil dólares; a solamente cuatro días de haber iniciado, ha acumulado ya 24 mil 475 con la participación de 548 donadores.
Kenesha comparte su respuesta a la propuesta
Devastada por lo ocurrido, Kenesha escribió en su página de Facebook un mensaje que se volvió viral. Es su respuesta a la propuesta de su amado novio:
Nunca emergiste de esas profundidades, así que nunca escuchaste mi respuesta, ¡Sí! ¡Sí! ¡Un millón de veces sí, me casaré contigo! Nunca pudimos abrazarnos y celebrar el comienzo del resto de nuestras vidas juntos, ya que el mejor día de nuestras vidas se convirtió en el peor, en el giro más cruel del destino imaginable.