El término “madrastra” no siempre nos trae a la mente pensamientos positivos, pero una madre de familia de Texas ha terminado con cualquier prejuicio posible con una emotiva e inesperada carta.
Este es el texto que Candice Curry redactó en su blog para Ashley, la esposa de su ex marido:
A la madrastra de mi hija:
Nunca te quise aquí. Simplemente no fuiste parte del plan. Crecer y soñar con mi familia fue algo en lo que no estabas incluida. Nunca quise ayuda de otra mujer para criar a mis hijos; mi familia incluía a su padre, a nuestros hijos y a mí; no a ti. Dudo que alguna vez te quisiera en mi vida, y dudo que tú hubieras planeado ser madre de una hija a la que no diste a luz. Apuesto que te imaginabas una familia donde estuvieran tú, un padre y los hijos de ambos, no mi hija o yo. Casi afirmo que cuando soñabas convertirte en madre, creíste que sería el día en que dieras a luz y no el día en el que te casaras con tu esposo. Estoy segura que nunca planeaste que yo estuviera aquí.
Pero Dios tiene planes que exceden los nuestros, y cuando mi pequeña familia se deshizo para formar dos familias, supe lo que vendría.
En mi mente tú serías una bestia terrible que mi hija jamás querría como madre. Esperaba que fueras poco menos que atractiva y rezaba para que mi hija no te volteara a ver. Sin embargo, su padre debió saber que se estaba asentando para bien por segunda vez. El mal se arremolinaba en mí porque nunca quise enfrentar el hecho de que otra mujer sería como madre de mi hija en mi ausencia.
Entonces llegaste.
Cuando te conocí, debo admitir que no eras lo que tenía en mente y una punzada de celos recorrió mi cuerpo. Se suponía que serías horrible, ¿recuerdas? Pero no, eras increíblemente bella. Se suponía que serías malvada, ¿recuerdas? Pero no, eras una dulce y joven mujer.
Mis planes se frustraron.
Me dí cuenta por el gesto en tu rostro que conocerme fue tan duro para ti como para mí. Y mi corazón de inmediato se ablandó. ¡Carajo, tu sonrisa amable! Realmente planeaba odiarte, ¿por qué arruinaste mi plan?
Quería estar resentida pero lo volviste imposible, y rápidamente creció el agradecimiento hacia ti.
Aceptaste a nuestra hija desde el el principio y la has amado incondicionalmente a ella y a su padre. Ése es un verdadero regalo para todos. Has incluido a nuestra hija en todo lo que realizas, y haces que se sienta amada y aceptada. Pones su relación con su padre por encima de la suya como pareja, y sólo una mujer valiente y valiosa sabe cómo hacerlo con tal gracia.
Cuando su padre y yo decidimos divorciarnos y vivir en hogares separados, supe que habría momentos en los que ella me necesitaría y yo no estaría ahí. Estoy tan agradecida de que estés ahí en mi ausencia. Agradezco que tengas paciencia en sus años de adolescencia y nunca la rechaces. Ella necesita una madre en su casa, y lo has hecho de una manera increíble.
Has respetado mi posición de mamá desde el inicio. Valoro que siempre consultas conmigo cuando dudas si estás tomando una decisión para su bien. Sé que nuestra situación es extraña. No es muy frecuente que una madre y una madrastra se envíen mensajes de texto para recordarse cuánto se quieren y se respetan. Eres un regalo.
Por ti y por tu coraje de criar a nuestra hija en la forma en que lo has hecho, ella se convertirá en una mejor mujer. Crecerá con más amor del que hubiera imaginado. No fue su elección tener padres divorciados y aún cuando no lo desearía para nadie, estoy agradecida de que ahora tiene cuatro padres que la aman y la respetan. Por eso es compasiva, y entiende que un fracaso en un área puede convertirse en una bendición en otra.
No te veo como una sustituta cuando no estoy ahí. Eres su madre cuando está contigo y cuando está conmigo. Se emociona cuando te llama y te cuenta sus historias cuando está en mi casa y eso hace que mi corazón quiera salirse del pecho de alegría. Me llena de orgullo cuando me envuelves en un abrazo y me das un apretón amoroso y genuino cada vez que nos vemos.
Estoy consciente de cómo es cuando una madre no acepta emocionalmente a la madrastra de sus hijos en su vida. El agradecimiento sólo brota cuando somos capaces de estar por encima de cualquier situación y hacer lo que es verdaderamente correcto para nuestros hijos. Gracias por tener la suficiente madurez y respeto para compartirlo.
Prometo siempre respetar lo que aportes a nuestra hija. Prometo nunca minimizar la posición que tienes en su vida o hacerte sentir que no eres su madre. Prometo educarla para que sea agradecida por tener a dos mujeres fuertes y valientes en su vida que tienen el coraje de criarla juntas.
A pesar de ello, aunque nuestra relación es sosegada, rezo porque ella nunca la viva; pero si alguna vez se encuentra en una situación similar, prometo darle un ejemplo de lo que la maternidad compartida debe ser.
Mujer hermosa, eres una rara y bella gema.
Dios te bendiga. Te quiero.
Esta es la respuesta de Ashley:
“Candice, no sé qué decir. No soy buena con las palabras como tú y la forma en la que te expresas. Todo lo que puedo decir es que estoy llorando como si viera el final de The Notebook. Me haces sentir tan especial… Gracias por esta carta. Me hizo el día y la tendré cerca del corazón siempre. Te quiero”.