Tal vez no todos nacimos con la suerte de ser adinerados o con posibilidades de tener una vida perfecta, pero la decisión de querer alcanzar nuestros sueños solo depende del trabajo duro, el esfuerzo y las ganas que tengamos de salir adelante, justo como lo hizo esta modelo.
Ana dos Santos Cruz es conocida como la “Cenicienta brasileña”. Su historia causó gran impacto en todo el mundo, pues pasó de ser una mujer que buscaba comida en los basureros a ser una reconocida e importante modelo.
La vida de Ana no fue un cuento de hadas
Antes de convertirse en modelo, Ana no tuvo una vida sencilla. A sus 23 años se encontraba desempleada y su novio estaba preso, así que ella sola tenía que hacerse cargo de su pequeño de tres años. Por desgracia, la falta de trabajo la llevó a una situación precaria que la hizo buscar comida y algunos desechos entre la basura que pudiera vender para sobrevivir cada día.
Un golpe de suerte cambió su vida
En una de sus búsquedas encontró una cartera en mal estado que contenía en su interior cheques a nombre del Hospital Oncológico Barretos de Brasil con un valor aproximado de 52 mil dólares. Ana pensó que ya habían sido cambiados o que no tenían ningún valor, pero aun así su primer instinto fue devolverlos a las manos de su dueño.
Cuando el director del hospital recibió los cheques no daba crédito a lo que estaba pasando, pues días antes habían robado su cartera y temía que alguien los cambiara.
Su carrera de modelo despegó de manera inesperada
El médico contó la afortunada historia a los medios de comunicación, quienes de inmediato buscaron a Ana para entrevistarla. Ellos se dieron cuenta de que tenía una gran belleza y nobleza, por eso se ofrecieron a darle un cambio de imagen y también de vida, pues la contrataron como modelo para la publicidad de un centro comercial.
Además, obtuvo un empleo como modelo en una agencia y empezó a recibir diferentes campañas de publicidad de empresas importantes. Ana dijo que con el dinero que había ganado en sus diferentes empleos quería iniciar con sus estudios universitarios en la escuela de la enfermería para, finalmente, darle a su hijo la vida que se merecía.