El 1 de enero de 2017 no solo fue el primer día del año; también fue el día en que nació Cainan, hijo del militar retirado Lamar Austin y su esposa Lindsay. Cainan es el cuarto hijo del matrimonio y cuando crezca, conocerá la peculiar historia que su nacimiento generó.
Austin trabajaba como guardia de seguridad para la compañía Salerno Protective Services en Concord, Estados Unidos; tenía turno programado para los días 30 y 31 de diciembre, pero su mujer inició con el trabajo de parto y aunque sabía que si faltaba al trabajo perdería su puesto, decidió quedarse con su esposa Lindsay para que no estuviera sola, y porque no había podido estar en el nacimiento de sus otros hijos.
Cuando Cainan nació, el exmilitar recibió decenas de mensajes para felicitarlo pero no contaba con que uno de ellos era de su jefe, quién le avisaba que no volviera a la empresa porque había sido despedido. El motivo fue que había faltado al trabajo de manera injustificada y aunque sus jefes conocieron la razón de su ausencia, no cedieron. En la carta de despido argumentaron que se encontraba en un periodo de prueba que duraba 90 días, por el que se comprometía a estar disponible para ser convocado a cualquier turno los siete días de la semana, durante 24 horas al día y que si no cumplía esa parte del acuerdo, podría ser despedido.
Con 30 años y 4 hijos, Lamar acudió a diversos medios para contar su historia, por lo que le llovieron ofertas de empleo, entre ellas la que probablemente ya realiza, que es la de aprendiz de electricista en la International Brotherhood of Electrical Workers de Concord, en New Hampshire, Estados Unidos).
Pero estas ofertas de trabajo no fueron las únicas bendiciones que ha recibido la familia Austin. Sara Persechino, una abogada que asesora a la familia, abrió una colecta en la página GoFundMe y de momento han conseguido más de 10 mil dólares.
“Recibir a un niño en la familia debe ser un momento de alegría y esta colecta es una forma de suavizar el impacto económico que supone la llegada de un nuevo miembro cuando se ha perdido una fuente de ingresos”.
Austin asegura que si estuviera en la misma situación, volvería a actuar de esa forma. Por su parte, la empresa que lo despidió no ha hecho comentarios sobre el suceso, ya que en New Hampshire, las leyes permiten a los empleadores despedir a sus trabajadores sin necesidad de argumentar la decisión.