Por la familia somos capaces de hacer lo que sea, y Juan Manuel Ballesteros, de origen argentino, se embarcó solo en un viaje de casi tres meses a bordo de un velero por el Atlántico para reunirse con los suyos después de que la pandemia de Covid-19 empezara a hacer estragos por el mundo y las fronteras aéreas cerraran.
Juan Manuel estaba en Porto Santo, Portugal, cuando se enteró que su país natal había cancelado los vuelos internacionales como parte de las medidas de prevención para evitar la propagación del virus.
Solo quería estar con su familia
Fue entonces que tomó la decisión de embarcarse por mar y atravesar el Océano Atlántico en solitario. Su deseo de estar con sus seres queridos en tiempos tan difíciles, sobre todo con su padre, fue su gran motivación para arriesgarse en esta travesía que inició el pasado 24 de marzo.
No quería quedarme como un cobarde en una isla donde no había ningún caso. Quería hacer todo lo posible por retornar a casa. Lo más importante para mí es estar con mi familia.
—Juan Manuel Ballesteros, navegante y socorrista argentino
Tuvo muchos desafíos
Como era de esperarse, el viaje no fue miel sobre hojuelas. Luego de embarcarse solo en su barco “Skua”, este aventurero de 47 años de edad, quien es un navegante y socorrista con trayectoria, tuvo algunas dificultades a pesar de su gran experiencia.
El 21 de abril no pudo desembarcar en Cabo Verde para conseguir más víveres y combustible; tuvo que buscar otro puerto con la ayuda del viento. En Brasil se vio en la necesidad de detenerse diez días en la ciudad de Vitória por algunos inconvenientes que retrasaron más su viaje y aumentaron la preocupación en casa.
Luego de varios meses de incertidumbre, Juan Manuel atracó en Argentina el 17 de junio del 2020. Su intención era acompañar a su padre en su cumpleaños número 90, pero no fue posible.
Fue sometido a pruebas
Al desembarcar, antes de reunirse con todos sus seres queridos, Juan Manuel tuvo que someterse a una prueba de Covid-19 y aislarse por 72 horas; una vez que todo estuvo bajo control y dio negativo pudo abrazar a su padre y convivir con toda su familia. Esta navegación de 85 días valió por completo la pena.
Conoce un poco más de su asombrosa historia
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